El sueño húmedo de pedro Sánchez, haciendo arqueo de lo que recibe al año el tesoro del reino unido, es crear y dirigir vitaliciamente su Commonwealth particular con algunos de los países de la antigua América hispana que en estos momentos están siendo ¿gobernados? por auténticos canallas; desvergonzada troupe de maleantes -algunos auténticos asesinos y más de uno de ellos narcotraficante, con la marca en la nalga de “producto made in Robolandia”.
Venezuela; en estos momentos Brasil, México, Cuba, Nicaragua, Chile, honduras, Bolivia, Colombia R. Dominicana. Estos serían quienes dibujarían el mapa rojo de su Community. Es que este “angelito” metería en su futura banda -ese es sueño que se la pone brava- a todo gobernatriz sanguinario sin Alma: modelo Sancherino, que su “democrático sistema” sea darles a sus gobernados para que “engorden”, las píldoras de la misma receta de las que utilizan Sánchez y sus mariachis, para alimentar a los españoles: altos impuestos, bajos salarios, deficientes servicios e inseguridad total.
Parece atornillado al cargo, pero su pensamiento, sin soltarse del todo, está en la Republica Dominicana (donde no tenemos extradición).
Para mí, al menos, está claro: viendo las fotos de la reciente reunión de la OTAN -se le ve tieso y en posición de firmes-, parece como si la cosa que involucra a los demás recogidos en la foto, a él no le afectara ni mínimamente.
“Se le veía -hubo quien me contó, siempre es posible encontrarse con equivocadas almas buenas- triste y solo, tiste y lloroso, casi tanto como Fonseca, aun estando a unos cuantos centímetros de los demás mandamases, europeos, ¡y de más allá! Le abandonaron, como abandonan algunos un calzoncillo de una semana de uso. Es falta de corazón, ¡mia tú!, dejálo solito”.
¡Quía mi respetada doncella! protestó aquel. Fue él, con su mente en las américas, el mismísimo Pedro Sánchez, quien les abandonó por mezquinos (mía tú, discutir por unos pocos milloncejos de euros ¿Qué te parece, Ábalos?; dales unos cuantos billetes de quinientos ¡y que se vayan ya!); fue él quien les dejó solitos, sin importarle un pijo; sin la menor sombra de remordimiento por lo que pudiera ser de ellos. Tal vez ser víctimas de una de las muchas bandas de ladrones que les hacen competencia en las calles.
¡Oiga, si va a por ellos lleve un mohamed que le sirva de intérprete y proteja a la Meloni que es pieza única!
Eloy R. Mirayo.