“Queríamos llevarnos el oro a casa, pero no ha sido posible.”
Empiezo a decir que como español siento en alegría el triunfo y en sufrimiento la derrota en la participación deportiva (porque estamos hablando de deportes) en cualesquiera de las disciplinas en las que participe España.
Este comentario es el de una de las coequipiers de nuestra selección después de haber perdido la final europea de baloncesto femenino. El equipo femenino español de este deporte es uno de los mejore del mundo y posiblemente, en estos tristes momentos, después de haber perdido por dos puntos ante Bélgica, sean las mejores de Europa.
Mis muy respetadas señoritas, créanme ¡No se ha hundido la tierra! A estas deportistas, nuestras chicas, las tendrán que seguir sufriendo por esas canchas de Dios.
“Queríamos llevar el oro a casa…” ¿hablasteis antes del partido con Pedro Sánchez? Pero por Dios bendito… y con Koldo ¿tampoco? Claro, tampoco hablasteis con José Luis Ábalos. Y menos mal que no se os ocurrió hacerlo con Santos Cerdán (a estas horas Cerdón en Soto del Real, y sin fianza.
Igual dentro de unos pocos años sale como propietario de cuarenta y cinco por ciento del penal) ¡Sabe Dios como estaríais!
Habéis pecado de pardillas… siento decirlo, pero es así como van las cosas. Os cuento: es condición indiscutible cuando se habla de alcanzar algo de valor contrastable en oro, o en su defecto contantes y sonantes euros, tratar siempre, pero siempre, siempre bien con Sánchez, o indistintamente con Koldo o Abalos porque son ellos tres quienes deciden, si a sus dientes les compensa el esfuerzo de hacer o no “mordida” y en cual de sus “bolsillos” guardarles...
o mejor mandarlo a la Republica Dominicana en el FALCON. Lo bueno es que os habrá servido como experiencia para lo sucesivo.
Eloy R. Mirayo.