¡Que nada arruine la caza de Pokemon en Madrid, hoy jueves, con el inestimable beneplácito del ex calentísimo Ayuntamiento.
La cosa se trata de cazar al monigote, el de la izquierda, al que los japoneses han bautizado con el nombre de Pokemon; incido, que nadie se equivoque; para la caza del Monster -mira tú por dónde; a ese deporte sí que me apuntaba yo- aún no se ha levantado la veda.
En fin; este es el país que algunos querían; un país pusilánime y obediente tras la empalizada al otro lado del Poder, asemejado al "tinao" donde de noche duermen las ovejas y los ovejotes, vigiladas por pastores y perros.
Aquí, en este jodido país, donde, como ya sabéis, vivo exiliado, no hay problema más acuciante que cazar al Pokemon de los cojones; ¿que tenemos la vergonzosa cifra de más de cuatro millones y medio de parados, un 20%? Así hay más gente para impedir la huida del monigote.
A nadie parece importar que el país se desintegre; no faltan excusas revoloteando por los medios de difusión para que ralentice la acción del Gobierno -estar en funciones- en su intención de tomar las medidas constitucionales, que paren los pies a unos/as cuantos/as hijosputas/tos (que nadie se sienta discriminado), con ganas de tocarnos las "bolas" a todos los demás, intentando pasarse, por donde las personas normales tenemos anclados los genitales, el mandato constitucional.
Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas..
ARTÍCULOS DE LA CONSTITUCIÓN QUE AFECTAN A LAS FUERZAS ARMADAS
Artículo 8. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Quizás sería bueno que alguien, más importante que yo, pero no más respetuoso, le recordara a S.M. don Felipe IV, lo que en sus primeras páginas deja absolutamente claro la Constitución Española.
Para las personas normales, gente trabajadora, decente y honrada, la mayoría de quienes habitamos en este país, ante el insultante comportamiento de parte de los políticos catalanes, unido a su desprecio a la unidad nacional y a las leyes que nos alcanzan a todos, nos sentimos decepcionados de nuestros máximos representantes.
No nos parece suficiente las apariciones en la entrega de una copa, aunque sea la de Europa; ni la visita a un colegio; y, ni siquiera, recibir a consultas.
Por muy restringidos que se tengan los movimientos -somos conscientes de ello- si hay voluntad, siempre se encontrará una baldosa libre donde poner el pie con firmeza; y más, cuando asiste la razón, y la "empresa" lo merece.
Más difícil lo tuvo Moisés, y consiguió sacar a los judíos de Egipto, y les guió hacia la Tierra Prometida.
Yo me conformaría con que me devolviera a España.
Eloy R. Mirayo.