No es ruido de sables lo que está ocurriendo en Caracas y en el resto del territorio venezolano, sino la lógica reacción de un pueblo que se ha hartado de estar subyugado por el cerril totalitarismo del comunismo travestido de patriotismo añejo, el mismo comunismo, sin ninguna clase de patriotismo, que aquí, en España, representa Podemos.
Pero es igual; la lucha de la sociedad civil venezolana -dejando cantidad de muertos e infinidad de patrimonios arrebatados-, más notoria con el liderato de Juan Guaidó, es arrinconada por los medios españoles de información, anunciando en sus boletines de urgencia informativa, con su conocida y reconocida cabrona maldad, como un Golpe de Estado del Ejército, cuando lo que están haciendo los militares, casi de uno en uno, es lo que todo ser humano tiene derecho, que es elegir lo mejor, y resulta que también parece ser lo mejor para Venezuela, y el resto del pueblo llano venezolano.
Es una vergüenza que debería afectar a las autoridades de organizaciones de ámbito mundial, el haber consentido durante tantos años, el régimen impuesto por Chávez, y mantenido por Maduro. Dos individuos de carne de galeras.
Muerto el perro se acabo la rabia. Es lo que dice un refrán muy cierto. Maduro no debería tener la posibilidad de disfrutar de su dinero "veraneante", como no sea para que la caja donde fuera enterrado, sea de mejor calidad de la que se merece. Un personaje tan siniestro como él, debería pagar con sus mil vidas, si las tuviera, las salvajadas que durante su mandato ha cometido, y mandado cometer.
La historia vuelve a mostrarnos -eso es lo que de momento parece- que la mala gestión de la política, en manos de despojos incompetentes, es la espoleta que pone en marcha el movimiento social, al que se une siempre parte de la milicia, ante la imposibilidad moral de seguir a las órdenes personales de un tirano y su corte.
Eso que parece que está pasando en Venezuela, sería bueno que no cayera en saco roto; no es algo sin capacidad de saltar a otros continentes. El paro y la falta de perspectiva de las nuevas generaciones, pudiera ser el combustible de grandes conflictos en toda Europa.
La "foto que se nos ofrece", de Francia, Italia, Grecia, y hasta la mismísima Alemania, no da pie a pensar que de manera voluntaria quienes se están apropiando, con el beneplácito de las autoridades de los distintos gobiernos, de todo cuanto tiene valor intrínseco, cedan sonrientes una buena parte de lo que consideran como propio. ¡A los pobres que les jodan! Esa debe ser la leyenda sobre el escudo del apellido de muchos de ellos.
Las grandes diferencias, ponen al descubierto el nivel de injusticia, y el hambre y el frío pueden llegar a ejercer de catapulta que lance a quienes nada tienen, contra la yugular de quienes lo tienen todo.
En España el 14% de paro; la inseguridad comercial de pequeños empresarios, amenazados por los grandes trust económicos; y los bajos e inestables salarios, es como para que los políticos se vayan poniendo los cables.
Un auténtico milagro sería, si fueran estos.
Eloy R. Mirayo.