Los españoles abusamos a mordiscos contra la carne Roja. Eso no es que los españoles decentes vayamos por la calle, en el Cine, en el Metro, en el fútbol, o en las plazas de toros mordisqueando a los rojos o rojas que fuéramos alcanzando. Esa afirmación choca con el solomillo de ternera a 35 euros el kilo, el chuletón de vaca gallega a 70 euros el kilo, los otros chuletones, más a nuestro alcance , de 23-27 euros el kilo.
Esa debe ser la carne que el sinvergüenza rojo, el comunista Alberto Garzón debió aludir, como de la que abusamos, y no esa que cuesta en carnicería por kilo, 3,73 euros, que son los huesos, y en foto, la carne para echar en “el cocido”, tan popularizada en esta desgraciadita España, por obra y gracia de este delincuencioso gobierno cuyo presidente Pedro Sánchez, presume de progresista. Su obra; la miseria que nos tiene agarrados fuertemente por el cuello, su progresión a diario en el daño, debe ser su máximo aval.
Ya dijo hace más o menos tres años, semejante falsedad el comunista Alberto Garzón, mientras empuñaba un tenedor con un buen trozo de solomillo en sus puntas, siendo, sorpresivamente ministro de Consumo -nunca nadie tan indecente y necio había alcanzado reptando tan alto “honor”- en la primera legislatura del “portento” Sánchez.
Ante estos escandalosos números que se dan en España, los nutricionistas de la FAO nos aconsejan alternar las fuentes de proteínas, valiéndonos de otras fuentes.
Que no es broma… ¡Que no es un chiste! Es un sesudo estudio de científicos nutricionistas que ha descubierto que comemos 100 kilos de carne al año -que pillines… y no se lo hemos dicho a nadie- cuando lo sano es, según ellos, comer 21 kilos (me imagino que no de una sentada).
Y defienden alternar las fuentes de proteínas y fomentar otras, poniendo como ejemplo las legumbres.
Estos científicos tan gilipollas ¿dónde habrán realizado la encuesta? Nos preguntamos metiendo el diente a un rábano. ¿Dónde crees? Pues en los mejores restaurantes de España. En Disfrutar (Barcelona), Etxebarri (Axpe, Vizcaya), Quique Dacosta (Denia, Alicante), Aponiente (El Puerto de Santa María, Cádiz) ¡Claro! Es que, si la encuesta se hace preguntando a una persona jubilada, a uno de los tres millones de parados, a un trabajador, de los discontinuos o, por no seguir hurgando en la desgracia, a un asalariado SMI, después del “corte de mangas” , es muy probable que preguntasen: “Carne… ¿Qué es eso?”
Seguro que ninguno de ellos alcance ni la mitad de esos 21 kilos de carne que propone desde la FAO.
Eloy R. Mirayo.
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