viernes, 29 de noviembre de 2024

¿QUÉ MALDAD HEMOS COMETIDO?

¿Qué maldad hemos cometido los niños de la guerra y la posguerra para que, en nuestra vejez, nos veamos obligados a convivir con tantos sinvergüenzas en el gobierno y tantísimos golfos en su patibularia periferia? Me gustaría que alguien, más inteligente y con mayor conocimiento, nos informara de los pecados que, tal vez por efecto de esa vejez que nos acompaña, no somos capaces de recordar, si es que escolásticamente los hemos cometido.

Pero, es que esa misma pregunta: los mismos problemas de desvergüenzas del gobierno y las de su patibularia periferia, y ese mismo deseo de ser informados, convive en todos los españoles que, ya muy separados del ruido de la contienda, en plena madurez, pertenecientes a la siguiente generación, tampoco recuerdan haber cometido escolásticamente maldades que justifiquen tener que caminar por senda tan poco clara con tan indecentes ciudadanos. Pero es que en igual caldo de cultivo se encuentra la juventud -de los 25 a los 45 años- la flor y nata de la sociedad vigente -si estuviéramos hablando de otro país- más o menos la tercera generación, aguantando tan ignominioso trato y tan escasa -nula- explicación. 

Lo de estos no se llega a entender pues, según las mentes más preclaras del país, encarna la generación intelectualmente más preparada (no me atrevo a agregar, y mejor instruida, pues sería reconocer que el mérito es el de sus preparadores) que jamás haya habido en España. No es posible decir que esa “elite” convive con tanta canalla falta de vergüenza, que sin el menor recato y de continuo exhibe este gobierno, incluidos los golfos de su inseparable patibularia periferia es mejor, no pudiéndose independizar y con la amenazadora espada de Damocles sobre su puesto de trabajo, que las convivencias de las anteriores generaciones pues, siendo espectadores de lo que les afecta negativamente, no nos queda otra que creer que ellos, con toda su preparación sobre la espalda, han debido cometer similares pecados y, ante el punto al que se ha llegado con el aborto no cabe duda de que esta gentuza que nos gobierna, así.

Y para cerrar el asunto pecaminoso, al parecer innato en la ciudadanía de este país, que tanto debe molestar a este desvergonzado gobierno y a los golfos de su patibularia periferia, con el aborto como método, se está empleando a impedir que se siga pecando en el futuro.

Eloy R. Mirayo.


miércoles, 27 de noviembre de 2024

EPÍTETOS POPULARES.

El pasado domingo en Leganés, en su campo de fútbol, se jugó el partido entre el Leganés y el Real Madrid y en el momento que le  hicieron un penalti no pitado, por falta sobre Vinicius, un aficionado, dirigiéndose al arbitro grito a todo pulmón “¿no has visto el penalti hijo de puta?” Ese insulto me pareció fatal. Yo siempre he pensado que usarlos en momentos semejantes, retratan muy negativamente a quienes lo practican. Pero lo que me dejó perplejo fue que otro espectador se volvió con cara de malos amigos y le reprendió al insultador: No nombre aquí al presidente del gobierno, que seguramente estará viajando hacia la República Dominicana en su Falcon particular para “tomar el pulso” a los bancos de aquel país. En cuanto a eso de que es penalti la patada en la pierna de Vinicius, es puro fango, otro de los bulos, ¡que no hubiera puesto la pierna!

El adjetivo insultante de “hijo de puta” es un epíteto muy popular que últimamente, cuestión de unos seis años, va quedando muy  determinado de manera general por todo el territorio patrio, al menos es lo que parece, por lo que repetitivamente vemos y escuchamos a diario, cortesía de todas las televisiones y emisoras de radio, como seña que identifica, sin peligro de errar, a cierto individuo sin necesidad de enseñar foto, dar nombre y apellidos o decir cuál es su gubernativo empleo.
¿Gilipollas? No es más que un “taco” sin gravedad, la mayoría de las veces dedicado a cualquiera sin ánimo de empezar una pelea; es una palabra que, sobre todo en Madrid, intenta hacer ver que aquel a quien se le lanza es simplemente un tontorrón. Claro que la cosa cambia si le pones énfasis. ¿Cabrón? Esta palabrota… si, quizás si se acerque a señalar ahora, no a persona individual, que también, sino a grupos muy concretos, que tampoco es muy necesario nombrar con nombres y apellidos: las mascarillas, los separatistas y terroristas en el Congreso, los indultos a políticos corruptos y amnistías a golpistas.
¡Que cabrones! ¿identificados? A que sí.
Eloy R. Mirayo.

jueves, 21 de noviembre de 2024

Y RESULTA QUE EXISTE LA JEFATURA DEL ESTADO.

Y resulta, después de tanta desconfianza, que es cierto que en nuestra Patria existe la Jefatura del Estado. Si, y es lástima que la desgracia en su máximo grado, muertes, destrucción y ruina, haya sido quien nítidamente nos ha mostrado que, pisando el barro junto a su regia esposa, recibiendo insultos que no le correspondían, estaba el jefe de nuestro Estado en carne, hueso y un par de cojones, haciéndose con la responsabilidad ajena tras la cobardía de Pedro Sánchez, tembloroso (habría estado bien echarles un ojo a sus calzoncillos. Estos chulitos de barrio bajo el menor amague se giñan) en brazos de un par de prójimos, perdiendo el culo en su huida (¿se lo recogería Marlaska por el camino? Él siempre tan dispuesto).

Ahora sí; ahora, después de tantos intentos para entender la existencia de alguien como jefe de tan alto organismo (nos cuesta a los españoles más de ocho millones y medio de euros al año), la actuación sincera de doña Leticia y de don Felipe, reyes de España, se nos ha avivado la perdida esperanza. Ahora sí que todos, a la espera del “cachetazo final”, estamos enterados de que la jefatura del Estado no es el lujo de nuestra Política Nacional. 


En Paiporta, el Rey don Felipe, con inteligencia y valor supo -no fue una casualidad-, cuál era su obligación, eso que la sucia política no le permite utilizar, y así, según su entendimiento y conciencia actuó consiguiendo en la medida que esos trágicos momentos permitían, dar consuelo y confianza a aquellas personas en tan desesperante situación.

La moraleja es que, la mierda (esta casta política trufada de salteadores de camino, de tratantes y tratantas -estas las que más han triunfado- del polvo por cargos, de cocainómanos, de trileros, de terroristas sanguinarios, de apátridas y de muchos más etcéteras) es mierda, aunque de entre ella, no de ella, brote una inesperada flor.

Que nadie se engañe, yo no soy monárquico. Tampoco soy músico, pero me emociona Frédéric Chopin.

Eloy R. Mirayo.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

PAREJA DE BAILE.

Difícil lo tenemos los españoles decentes para discernir quién, a lo largo de este casi medio siglo de régimen democrático, es más “chorizo”, si PP o PSOE (estamos ante ellos como los espectadores del tenis siguiendo el vuelo de la pelota). Descontándole al PSOE, porque esos son otras “alhajas”, aunque del mismo kilataje, las distintas raleas delincuenciales del comunismo, aunque en muchas ocasiones hayan choriceado juntos, tal como estamos viendo en están lamentable actualidad. 




Y lamentándonos “sotto voce”, como temiendo que si “alzarsi voce” fuésemos denunciados como expendedores del fango. ¿Será posible que estos cabrones/as hayan conseguido a la primera voz de mando tenernos temblorosos y haciéndonos caquita encima? Si no hay respuesta con esto, pues, eso.

Hasta esta fecha en la Autonomía de Valencia han fallecido personas como consecuencia de una DANA… ¿De la DANA? ¿Qué 215 personas que hasta ahora se reconoce son victimarios únicamente de la DANA? ¡Anda y que les jodan, a Pedro Sánchez, a sus ministros y al señor Mazón y hasta al mismísimo señor Feijoo! Y el “chulo del Ramiro” aún se permite “el chiste” de pedir aplausos a su gestión. ¡Patadas en los cojones hasta ponérselos por corbata es lo que merece él, todo su equipo de gobierno, el gobierno valenciano y hasta el mismísimo sistema autonómico que ha sembrado la desafección entre nuestras diecisiete regiones.

A nadie, por corto de inteligencia que esté el pobre, se le ocurriría discutir sobre la dificultad que ofrece enfrentarse a un fenómeno meteorológico de grado medio y mucho menos a una “furia desatada” tan criminal como ha dejado claro ser el día 29 de octubre esta DANA; pero, no toda la carga de la maldad; no todas las víctimas y no toda la ruina lo aporta ella (hay que joderse, siempre que España resulta Jodida -con perdón- de paso que se nos jode a los españoles, PP y PSOE forman la pareja de baile) que en un tanto por ciento muy alto, la Justicia nos señalará a quienes fueron sus necesarios cooperantes. No cabe como eximente la falta de conocimiento ni carecer de la adecuada preparación ante semejante horror.

Eloy R. Mirayo.


miércoles, 6 de noviembre de 2024

PURO CHANTAJE.

PURO CHANTAJE, me dicen.

En el colmo de la depravación; en el colmo de la degradación humana hacia el bestialismo, el muy marrano, es capaz de presentarle un chantaje a la Oposición Política, exigiendo su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, ofreciendo a cambio ayudar a la Autonomía Valenciana y al resto de damnificados por la Dana.

Rufianesco trato que ni el más sinvergüenza; ni el más cabrón; ni el más hijoputa que haya pisado sobre la faz de la tierra, ante tantas muertes, tanto dolor y tanta ruina, habría sido capaz de tanto. Para eso “mejorando” los anteriores tres adjetivos calificativos, solamente Pedro Sánchez casa como guante de cabritilla con algo tan vil.

Creíamos que este ruin personaje ya había agotado su posibilidad de asombrarnos después de casi siete años excitando reiterativamente nuestra capacidad de asombro. Es notorio que estábamos equivocados: a este espécimen del Mal no se le retira el flujo. Somos nosotros los que encallecidos asombrados vemos, ante su inmensa panoplia, como van reduciéndose nuestras reservas de asombro.

De otra manera, respondiendo a la primera ocasión poniendo los cojones encima de la mesa de negociaciones, semejante alimaña no se habría atrevido ahora, siendo tan cobarde como ha demostrado abandonando a los reyes ante las legítimas protestas de los damnificados, a semejante propuesta; a semejante traición a España; a semejante estafa a sus propios votantes que seguramente sufren entre la víctima de tan dañino fenómeno meteorológico.

¿Cómo la historia recordara a Pedro Sánchez?

Mas o menos así.

Eloy R. Mirayo.


martes, 5 de noviembre de 2024

¿PARA QUE MIERDA SIRVEN?

Esta es la máxima preocupación para PP y PSOE.

Lo que más temen ambos es que sus números en esta media circunferencia, les puedan afectar negativamente según les llegue a los votantes su actuación, desde la posición política en la que se encuentran ante los efectos criminales de la Dana.

Eso es en el colegio; señalar con el índice a otro niño ante el profesor, culpándole del daño causado, aquí no toca.

Las víctimas mortales, los desaparecidos con muchísimas posibilidades de que hayan fallecido, las perdidas patrimoniales y la pobreza que se instale en la zona triturada por la Dana, no les van a permitir el “jueguecito” del escaqueo que ambos practican con desvergonzada maestría. De lo que, en la historieta de estos últimos casi cincuenta años, sucediéndose el uno al otro en el gobierno de nuestra Patria (mi Patria siempre es en mayúscula ¡coño!), existen cantidad, variedad y “calidad” de ejemplos. Esta vez no. De momento, si personas con la necesaria calidad no las hay en sus partidos, que eso es lo que parece, búsquenlos en la empresa privada, que es donde se encuentra el ciento por ciento de la inteligencia de este país. Usen, por una vez, el dinero que nos sustraen en algo positivo. Con ellos sustituyan a sus enchufados y, sin interferir, usted sinvergüenza en el palacete de la Moncloa y usted (Franco gallego, Feijoo gallego ¡Que diferencia, Dios mío!) señor Feijoo… en Génova. ¿Si quieren lo más lejos…? ¡en la Conchinchina! o así.

No son políticos (estos por supuesto que no) aquello que necesitan los lugares dañados por la Dana para comenzar con éxito a futuro su reconstrucción. Los koldos, ábalos o esposa y hermano del “uno”, haciendo negocios con las botas de goma, botellas de agua y los pañales de bebés y ancianos, como ya hicieran con las mascarillas, no son gente aceptable para... ¿para que mierda sirven? Pues eso.

Eloy R. Mirayo.