miércoles, 3 de julio de 2024

SUCIEDAD E INMUNDICIAS.

La sensación que se tiene escuchando lo que se dice por doquier, es que ya estamos a punto de ponernos con los brazos en cruz y con la mirada clavada en el Cielo, con mayúscula, con vehemencia, pidiendo que se cumpla, inundándonos de felicidad a todos los españoles, lo que es la colectiva ilusión por que ocurra el milagro que supondría el que ¡por fin! se vuelva el calcetín político en España. ¿Para qué? 

Podría ser para que alguien con el conocimiento tan echado en falta desde hace muchos años, se empeñe en la tarea de recuperar el Campo, la Ganadería y la Pesca ayudando a que los campesinos, ganaderos y pescadores puedan, además de aportar sus inmejorables productos alimenticios a nuestra sociedad, con la exportación de esos productos -que normalmente se lo rifaban por esos mundos- apoyar a la economía nacional. 

Del mismo modo, con personas competentes, no con rufianes, podría servir para que nuestra industria vuelva a la normalidad perdida, y hasta la supere, creando nuevos puestos de trabajo y rescatando a quienes, por la deleznable acción del gobierno, han perdido sus empleos. Lo que siendo así, también vendría a dar apoyo a nuestra endeble economía. También es de esperar, con el esfuerzo profesional de los mejores, que esa vuelta del calcetín político, después de tantos años de manipulaciones políticas sufridas, alguien -profesional e intelectualmente bien preparado- sea capaz de restablecer la importancia y el respeto a algo tan esencial como es la Enseñanza -desde la guardería a la Universidad- lo que repercutiría en positivo para los enseñantes, además de en el debido respeto a su labor, también en su seguridad personal para que puedan desempeñar su fundamental labor, que es la de enseñar. Y que a los alumnos, que también tienen el respeto entre sus derechos, les sean recordadas sus obligaciones.

España necesita en todos sus “puntos vitales” la presencia de quienes tiene la capacidad de mejorarla, echando al estercolero a quienes la están ensuciando no solo con lo que hacen, que también con su cercanía.

Quizás también sea la última -o penúltima, para ser optimista- posibilidad, dando pie a un gobierno de personas justas, mujeres y hombres, para que se cumpla esa magnifica ilusión o milagro que burbujea impaciente en los corazones de los españoles, de volver a disfrutar de un futuro más limpio. De un futuro más amable. De un futuro de alcanzables posibilidades. De un futuro de paz, seguridad y tran… qui…li… dad… ¡coño! ¡coño! Y ¡¡recoño!! Un merecido premio para quienes venimos sufriendo el gobierno de quien, en su cerebro, como del fondo de una alcantarilla sólo se puede sacar suciedad e inmundicias.

Eloy R. Mirayo.




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