martes, 30 de julio de 2024

DESCORAZONADOR.

El presidente del gobierno de España se ha negado a declarar ante un juez.

Es descorazonador escuchar, con toda la documentación delincuencial que diariamente nos llega a través de los medios de comunicación, que el presidente de nuestro gobierno, de alguna manera salpicado (salpicado de cojones, digo yo), se niega ante el juez Peinado (el llanero solitario), a dar explicaciones de lo que es innegable su conocimiento en profundidad.


Es descorazonador para quienes sentimos respeto por la ética, por la decencia y por la honradez, no solo por el cabronesco detalle en sí (que tié cojones el chulo del Ramiro), sino también por tener que ver y escuchar a los prostitutos y prostitutas de la “infamación” nacional, el subterráneo blanqueo de semejante desvergüenza mostrando el muy pagado interés que les provoca el pecaminoso y canalla silencio.

Estas “cosas” que se producen por él y por quienes se mueven en su entorno íntimo (y con él en cabeza del pelotón), la experiencia que hemos ido acumulando a lo largo de estos últimos siete años los muy sufridos españoles es que, en cualquier momento saldrá por los medios audiovisuales de “infamación” el hijoputa oficial (posiblemente el Patxi) acusando al juez Peinado de ser un “fascista con toga” que utilizando como falsaria excusa la denuncia del “conglomerado fascista del país”, encabezado por el infame VOX, intenta acabar, no sólo con él como presidente del gobierno más progresista, que también con su encantadora señora esposa (luz que alumbra su existencia), llenándola de oprobio y tiñendo su “altruista” y transparente labor de oscuridad, atacando su decente modo de ganarse el pan de cada día y… ¿Quién nos vendrá a cambiar la cara de gilipollas que se nos quedará el día que el “Gómez-Pumpido” de turno encause al decente juez Peinado por prevaricador, exonerando a la “pareja ideal” de cuantos bulos se les han lanzado.

Es descorazonador para el sediento en el desierto, comprobar que el manantial de agua fresca que sus sedientos ojos ven, es una jodida fotografía.

Eloy R. Mirayo.


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