martes, 28 de julio de 2020

DÓNDE ESTARÁ SÁNCHEZ....

Las niñas en todos los parques de las más importantes ciudades de las distintas autonomías que alicatan el suelo español, aquí, en Madrid, en el parque del Retiro, juegan alegres y contentas a la comba acompañando sus saltos, evitando tropezar con la cuerda para no dejar de saltar, cantando la vieja canción infantil que a todos nos han cantado, y que todos hemos cantado en infinidad de ocasiones: 

Dónde está Sánchez,
matarile, rile, rile.
Dónde está Sánchez,
matarile, rile, ron, chimpón.
eso quien lo sabe
matarile, rile, rile.
eso quien lo sabe
matarile, rile, ron, chimpón.

En el fondo... 

No; eso sí que no ¡hombre!

La maldad humana no deja de darle vueltas a la desaparición silenciosa del "increíble Sánchez", desde aquel luminoso día de su regreso de Europa, con los bolsillos llenos de promesas millonarias; vitoreado por sus huestes, reforzado por su lugarteniente, y sus patibularias mesnadas. 

Unos, los de siempre con la esperanza de que este buscando las "llaves" en el fondo del mar; otras gentes más, normales, los de la antigua normalidad, extrañados por el hueco tan notorio que ha dejado en las pantallas de las televisiones públicas, que no saben cómo llenarlos, y también en muy bien "engrasadas" pantallas de las privadas; por último estamos los comprensivos; los que sabemos medir el tremendo esfuerzo que hubo de realizar el Presidente Sánchez, durante los larguísimos días que duraron las durísimas negociaciones, teniendo que repetir como una cotorra, lo que sus más enterados en lo que se negociaba, le escribían, para que, una vez aprendido, él, como cosa propia, lo soltara en el momento de su actuación.

Yo les digo, cuando surge la discusión sobre esta reciente evaporación de Sánchez: los que no tenéis -yo tampoco-  necesidad de "asesores" para realizar perfectamente el trabajo que tenéis encomendado, porque lo domináis -yo también- , no sois -yo sí- capaces de valorar el tremendo sacrificio que los que no tienen ni puta idea de cómo se ha de actuar para cumplir adecuadamente con la obligación que les atañe, tiene que afrontar, un día sí y otro también, por depender de "asesores"; los que por "su ciencia", son los que deciden lo que ha de hacerse y decirse, a pesar de que quien tiene que hace y decir, nos sepa lo que hace, ni entienda lo que dice.

Por eso los comprensivos entendemos que la "silenciosa desaparición" -¡solo temporal, eh!- del Presidente Sánchez representa el descanso del guerrero a la vuelta de la vencida batalla. El silencio necesario para que su única neurona, excitadísima en su soledad, sin otra compañera que le haga compañía en tan vacía oquedad, le lleve por el buen camino del temple y la relajación, dejando así de golpearse contra el duro hueso craneal, exponiéndose a la mortal consecuencia. 

Y la vuelta a la infectada realidad, montado en su caballo bayo de cartón piedra, 

será (si su legión de asesores, aunque sea por una jodida casualidad, consiguen dar en el clavo) gloriosa, como no hay dos. Como diría el enchufado Tezanos con los datos extraídos de su CIS personal: "con lo que le saca a Pablo Casado -¡una burrá-, para ganar de calle las próximas -que pudieran estar al caer- Elecciones Generales, y... ¡Hale! A seguir montados en el machito".

Mientras que nosotros, habiendo alcanzado el éxito de ser los terceros más votados, nos partimos en dos. La gilipollez no es patrimonio de unos pocos; por lo que se ve, nos alcanza a todos.

Eloy R. Mirayo.



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