lunes, 15 de junio de 2020

LA NUEVA CASPOSA ARISTOCRACIA.

Veintitrés años, del total de esta Memocracia, ha gobernado el partido socialista y jamás se han interesado por cómo funcionaban las residencias para ancianos más allá de cobrarlas los impuestos correspondientes. Si; bueno, otros tantos años ha llevado el PP y también tuvo tiempo para hacer algo. Pero la gran diferencia es que en estos horrorosos momentos quienes están son ellos, los sociatas y los comunistas (si la cuestión es crear mierda, no hay por qué seguir buscando). Y si hay alguien que se desviva por los débiles y desvalidos esos son...

Para eso llega ahora el que ha alcanzado (redoble de tambores) la mamandurria del siglo XX, madre de todas las mamandurrias: una inventada ad hoc vicepresidencia de este gomierdo (y un ministerio del mismo gomierdo para su compañera de retrete, mesa, cama y banco azul), con la responsabilidad sobre este tema, las residencias de ancianos, que va y se saca de la manga de su chaquetita azul, como hacían los tahúres del Oeste, un protocolo que hará que los viejos y viejas de este país, en el futuro que empezará cuando lo diga el Paepelín Oficial del Estado Comatoso, que alcancemos el Paraíso en la Tierra, un poco antes de que el Señor nos llame a su lado. Los buenos ¿está claro? Los otros se irán a la  "parrilla" donde se encuentren tostándose la Pasionaria, Carrillo, Stalin, Ceaucescu, tal y tal, a la espera de la llegada del giboso "protocolero" Vizconde de Galapagar.

Hagámonos con una mullida silla para esperar a que al vizconde Serrano se le ilumine su encoletado súper cráneo ¿o será que a quienes se les ha de iluminar es a su legión de asesores (que tan carísimos son y tan poco valen) personales? ¡No, hombre no! Será él; fue ungido (tampoco habría estado mal que hubiera sido uncido a un yugo junto a otro buey) con un Cum Laude.

Estos desvergonzados salen por sus teles y las "compradas" como salvadores de nuestras vidas, pero las decenas de miles de ancianos y ancianas que han muerto en las residencias, en muy malas condiciones muchos de ellos y ellas, es un peso que difícilmente podrá aguantar sobre la chepa su señoría el vizconde galapagueño, ni siquiera con la obligatoria ayuda del apolíneo Sánchez. Ambos agarrados de la brocha para no caer al foso de los cocodrilos.

En el tema del almacenamiento de viejos y viejas en establecimientos de muy diferentes condiciones, algunos con categoría de simple afinamiento de género inservible, para la comodidad de algunas familias y para la mayoría de los políticos, deberían haber funcionado al revés de lo que se hace para curar una herida: poner el medicamento apropiado sobre el daño y el correspondiente apósito protector.

Con las residencias de ancianos, públicas o privadas (como casi todo el desarrollo gubernamental que necesita España), el apósito se debería haber aplicado muchos años ante de la aparición de esta herida, como ha quedado dolorosamente demostrado. Pero es que esto no es solamente pecado de los rojos, PSOE-Podemos, sino de todos los políticos, UCD y PP, que han ampliados sus patrimonios sin más camino y meta que mamar de las jugosas ubres que heredó esta memocracia; las que ahora parecen secas y arrugadas lo mismo que si fueran unas ciruelas pasas, a pesar de que viendo el lustre de algunos "rojos al Poder",  parece que aún sigue siendo productivo ser unos auténticos mamones sin ninguna otra ocupación ni preocupación, ¿verdad, señoras y señores de la "nueva" casposa aristocracia de la hoz y el martillo?.

Este Gomiedo, como ningún otro hasta la fecha, camina sobre las pisadas que fueron dejando muy por delante personas con más inteligencia, mejor criterio, que son capaces de, exentos de sectarismo, buscan las mejores soluciones. A estas señorías, qué le vamos a hacer, no se les ocurre nada nuevo (a no ser la "nueva normalidad") ni nada bueno, que no haya sido pensado, creado y llevado a feliz término por algún gobierno para su país, o que sea un mandato de "Mamá Europa". Cuestión de personalidad. Entre tanto, si serán gilipollas, se ufanan ante el mundo entero del largo número de subsidiados que han conseguido con su incapacidad. O habría que agravar el adjetivo...

Eloy R. Mirayo.


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