martes, 7 de enero de 2020

CONSECUENCIAS.

No hace falta tener los poderes adivinatorios de la bruja Lola, para  augurar que las consecuencias de los futuros acontecimientos políticos, derivados del gobierno de extrema izquierda salido de la desvergonzada compra venta de voluntades exentas de dignidad, moralidad y decencia, tanto del comprador como del comprado, nos van a afectar de manera negativa a todos los españoles que no tenemos la fortuna (indecorosa infinitamente demostrada) de vivir como pachás gracias a los sueldo y prebendas de la Política.

No hay nada más pavoroso que descubrir, una vez sentado en el sillón del dentista, la inapelable realidad de que la muela con carie que te está llenando la boca y el resto del cuerpo de insoportable dolor, vaya a ser extraída por la inexperta mano del aparca coches de la clínica, por haber sido decidido en abierta asamblea por la  mayoría, que está formada por el personal no científico de la clínica.

Si los habitantes de este país con derecho al voto no lo tenían claro, el espectáculo de estos primeros días de año, dado a través de las televisiones, da para entender, si es que estamos en un país avanzado, que por fin habrán descubierto "tierra", 

al escuchar hablar en directo al "premiado con el gordo de la Bono Loto política", a los que les ha correspondido sin siquiera haber adquirido el necesario décimo el segundo premio, el tercero de los premios y hasta los que les ha caído simplemente la pedrea.

Escuchar a los separatistas -y sin embargo tan cercanos a Sánchez- catalanes y vascos; a los lugareños de alguno de los partidos regionalistas; y a los cachorros de ETA, 

el desprecio con el que se dirigen insultantemente -¡qué ya es insultante para las personas decentes ver su presencia en nuestras Cortes!- a España y el Rey, revuelve las tripas; dan asco, como asco dan los esputos purulentos; como me dan repugnancia viéndoles en la pantalla del televisor en estos momentos cuando formando parte de la nueva ola de maloliente mierda que en volandas va llevando al títere hasta el punto más alto de la podrida política nacional.

El Libre Albedrío (no existe el Sino, como hay quien lo defiende) viene a ser, como es sabido por la gente de buena voluntad, como una especie de cuadernillo en blanco que se nos da al nacer a los humanos y en el que debemos empezar a escribir con nuestro diario proceder, entendiendo que lo que ahí se escribe, es indeleble. Unos lo hacen con renglones rectos y trazos legibles; otro con renglones torcidos y signos ilegibles. Ese Libre Albedrío, por supuesto, también lo tienen países, aunque la pertenencia al malvado invento de los neo rebaños humanos, como es la Unión Europea, lo sacrifica en gran medida, dejándolo como una caricatura patética de sí mismo.

La desgracia es que, aunque uno sea capaz de utilizarlo de la mejor manera, por culpa de quienes el propio lo utilizan chapuceramente, hemos de sufrir las grandísimas cabronadas de las que son capaces, y no les falta inventiva: dos guerras mundiales con millones de muertos; los terribles maremotos que acaban con vidas y haciendas; volcanes que se llevan por delante cientos de miles de vidas humanas; o la grandísima cabronada colectiva que tendremos que sufrir, a partir de ya mismo, tanto España, como los españoles, por no haber sido capaces de defender como Dios manda la utilización de nuestro Libre Albedrío.

Acabo de oír por la radio que a una zorra no le importa un comino la gobernabilidad de España, pero cobra de España. Eso es un misterio que nos podría revelar Félix Rodríguez de la fuente si aún viviera.

Eloy R. Mirayo.



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