jueves, 26 de septiembre de 2019

GILIPOLLEZ DE ALTÍSIMA PELIGROSIDAD.

El INSG (Instituto Nacional de Seguimiento de la Gilipollez) debería hacer un estudio en profundidad con los ingenios más adelantados, que están tan al alcance de la mano, para poder llegar a calcular sin error, con el conocimiento infalible de la insustituible bendita electrónica, del tanto por ciento de Gilipollez que, intrínsecamente poseen y de la que en su quehacer diario utilizan, la gran mayoría de los líderes y lideresas que pacen, más o menos pastueños/as, de las jugosas hierbas que brotan de nuestra diversificada política.

Informe del INSG, que debería ser publicado en todos los medios de información (para que llegue a todos los hogares españoles, hasta en los rollos del papel higiénico), precisamente en estos momentos, por estar tan cercanos a unos nuevos comicios (creo que seguirá siendo así hasta que los españoles y españolas aprendan a votar), para que cada votante, con el conocimiento exacto de por dónde vienen los vientos, avalado por el uso puntual de toda la ciencia embalsada en aquel Instituto, esté enterado del tamaño de gilipollas del que goza cada postulado/a, y actúe en consecuencia.

Y es que no es lo mismo la percepción y valoración personal de cada ciudadana/ano, que de manera sencilla pueda hacer como votante, viendo y escuchando a cada uno de los "cromos", que la valoración de la totalidad de la "colección", que con el recio apoyo científico pueda llevar acabo una institución prestigiosa.

Vendría muy bien un estudio científico que asépticamente diga que aquel postulado, es un individuo  que intermitentemente experimenta pequeños espacios de gilipollez, con largo tiempo de separación entre sí, que serían de escasa influencia, tanto  negativa, como positiva en los resultados de su hipotética gestión en la política. 

Que también nos pusiera ante los ojos aquel otro postulado cuya gilipollez sea inofensiva, o poco lesiva para el interés general, ya que una vez elegidos, como ocurre con algunos monarcas en Europa, su labor sería la simple de hacer bulto; así como una fotografía.

Y, a mi entender, lo más importante; que nos pusiera en aviso luminoso y sonoro de la existencia de algún que otro postulado, (para la próxima juerga que el señor Sánchez se ha montado) casi todos de la izquierdas rojeril, cuya gilipollez es de tan altísima peligrosidad -¡tanta!- que hasta podrían ser muy capaces de hacer ministro de Marina al 

pez que se remoja en la pequeña pecera que sobre una repisa, tienen en su casa (para algo parecido con fue una monitora de baile, ya tuvimos un presidente socialista). ¡Imaginemos de lo que, a partir de ahí, serían capaces si les toca la BonoLoto politica!.

Nadie pone en duda que la gilipollez es lo que más y mejor se identifica con el político actual a nivel mundial. América, Europa, Asia, África, Oceanía y Australia, en mayor o menor medida, sus políticas están entreveradas de gilipollez.  No tenemos mas que hacer, que darnos una vuelta por... Si irnos más lejos, Inglaterra. Inglaterra nos ha proporcionado el caso de un gilipollas político... ¿O quizás un político gilipollas? que creyéndose que junto con la llave del número 10 de Downing Street, 

le habían entregado en propiedad toda Inglaterra, por su albinos cojones, cerró el Parlamento de Inglaterra, dejando muda la política de aquel país.

De eso, del abuso del poder, los españoles y españolas deberíamos tomar ejemplo porque, la gran diferencia es, que en Inglaterra se respeta las sentencias de tribunal supremo, y aquí se permite que cualquier 

gilipollas se la pase por debajo del puente de sus... ¡Coño! ausencias testiculares.

Eloy R. Mirayo.


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