Lo que busca Alberto Rivera y sus colaboradores
es que se le entregue por parte de VOX , de manera que parezca anónima, su aportación al pacto por Madrid y por Murcia, y de esa manera él se queda a pachas con Pablo Casado, con el santo y la peana y pudiendo presumir más que una mierda
en un solar de la Gran Vía madrileña, de su posición "centrista" alejada de los principios de la "extrema derecha". Actitud que le coloca a la altura democrática de quienes quieren que se les entregue graciosamente el producto de la cosecha, sin haberse molestado en preparar la tierra con sus padres y otros bueyes;
sin haber plantado -después de haberla comprado y pagado- la simiente; ni doblado el espinazo recogiendo el fruto, porque le repele la mata de donde se extrae.
Así son esta especie de tribu recién salida de la adolescencia por edad,
pero intelectualmente aún flotando en ella, que ha tomado la política como uno de esos juegos que encuentran dentro de sus teléfonos celulares de última generación,
y que ganan siempre venciendo al "malo"; olvidando que todo ha sido un juego.
La estupidez del amplio rebaño -ahí están todos cortados por el mismo patrón, sin siglas que les distingan- es de tal tamaño, que ni siquiera les permite contemplar su insignificante talla humana.
Se les ve expresarse, y lo hacen como cuando fueron (un bedito al amiguito)
parvulitos, dando la sensación cierta de que se mueven sin tener en la cabeza a donde quieren ir, y sin siquiera haber buscado un itinerario hacia cualquier parte, que no sea su propia complacencia.
La mayoría de ellos siguen a la altura intelectual, aunque se avalen ante los demás con títulos universitarios y Master conseguidos ¡vaya usted a saber cómo! de parvulitos que lloran pidiendo agua, cuando lo que quieren es que le quiten el pañal con la caca.
Pero lo tienen todo copado. A codazos han alcanzado el mando en sus partidos, desplazando a personas cuajadas en sus vidas laborales y en su dedicación en la política, con conocimientos y experiencias que a los "nenes" que se aculan los "sillones" (algunos en puntos más punzantes y placenteros. Para ellos y ellas), les han de sonar a 这一天很冷
Zhè yītiān hěn lěng, chino-cantones.
Y con esas credenciales,
tienen el descaro de presentarse y hasta asumir la Presidencia del Gobierno de España; uno de los países más antiguos e importantes de Europa.
Este país se permite el lujo de despreciar la carga de conocimientos que portan las mochilas de sus mayores; por la tramoya buchanguera de papel, cartón y chillones colores, sin reparar en que somos los ciudadanos de este país los que pagaremos las penosas consecuencias y los pañales.
Eloy R. Mirayo.
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