¡Vaya por Dios! Los Acojonadores oficiales han vuelto a fallar: ha llovido en Madrid, a pesar de que ellos, en su empeño acojonador habían asegurado, amenazando con los 40 grados del último fin de semana, que no llovería hasta más allá de septiembre. Lo que posiblemente haya contribuido a que algunos y algunas excesivamente acojonados por el aviso, hayan sido capaces de cargar con una infinidad de botellas de agua del Solans de Cabras, o de cualquier otro origen.
Algún día alguien más listo que yo, y que los "ratones coloraos" -que no rojos- descubrirá a quién beneficia el tener acojonado de continuo al personal. Todos sabemos, porque a diario lo vemos que, el personal en esas condiciones es dócil y fácilmente manipulable.
Con ponerles entre las manos un juguete como bebés recién nacidos, no le dan un solo ruido -que no sean los que les producen los gases culares- a la oficialidad gobernante, cómplice necesario que trabaja denodadamente para el "beneficiario" por descubrir.
Hace muchos años, yo era una criaturita de escasa edad, sentí una rara sensación, que pasados los años comprendí que eran los síntomas del acojonamiento, cuando escuché que, "en los fondos del Pacífico se habían descubierto una fallas que amenazaban con partir la Tierra en dos", con las lógicas consecuencias: ¡todos a flotar por el espacio exterior.
Esa fue mi primera experiencia, la que tengo en lugar de privilegio en la vitrina de mi memoria. Después ha habido muchos avisos acojonadores de menor carga de "decibelios": los agujeros en la Capa de Ozono, "producidos en la atmósfera por el uso de aerosoles", lo que había disparado los casos de cáncer a escala mundial.
Los agujeros en la capa de ozono de es.wikipedia.org: "El agujero de la capa de ozono es una zona de la atmósfera terrestre donde se producen reducciones anormales de la capa de ozono. Es un fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y es seguido por una recuperación durante el verano".
Más tarde fue el acercamiento -que podría ser peligroso- a la Tierra del cometa Halley y ahora, la mayor fuerza acojonadora está proyectada hacia el "calentamiento de la Tierra", eslogan que ha sido sustituido por "cambio climático" -como si fuera algo novedoso- y la basura plástica en los océanos. Dos pleitos que parecen absolutamente dispares, pero que al final se unen por la agresión que ambas suponen a la atmósfera.
El buen uso de esta batería multicolor de cubos para la basura, es lo que diferencia al buen ciudadano: el que en cada uno de esos cubos introduce sus desechos para que, en el lugar apropiado se haga la distribución reciclatoria; del ciudadano, peligroso terrorista, que atenta gravemente contra la estabilidad climatológica, no utilizando estas coloreadas maravillas de la estética municipal, o vertiendo sus basuras todas juntas en el mismo cubo.
A propósito para cerrar el final, por el momento del mapa de acojonamientos, en presencia solista, porque los Acojonadores oficiales aquí, en España, lo manejan de manera que cualquier persona normal podría acusar de uso extremadamente abusivo, he dejado a ¡tarara, tararira, tarara!: a VOX; principio, final y centro de todos los males que acucian, no sólo a España, que también, a presuntos gilipollas como un tal Valls: “Con Vox acabas ensuciándote las manos y, de alguna forma, el alma" y un tal Macron: "No pactar con VOX, hay que derrotarlos".
Eloy R. Mirayo.
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