miércoles, 22 de mayo de 2019

SOBRADO DE PAYASOS.

¿Existe algo en nuestras vidas libre de la acción de los políticos? Pues no; no hay que darle más vueltas al asunto, y seguir la vereda que nos han marcado sin rechistar, porque si lo haces te significas y entonces... te enteran, por si no lo sabías, de lo que vale un peine. Si; un peine, que a la fuerza te harán comprar aunque en tu cabeza no tengas un solo pelo.

Mi admirado George Orwell nos avisó, entregándonos con su novela un plano exacto de lo que se nos avecinaba, pero nadie le hizo caso.

Él nos explicó de manera clara que la política, como el oxigeno que respiramos, nos tiene totalmente atrapados en su cepo y, desde esa posición, nos dirige a su gusto y capricho. Nos tiene a todos enlistados, observados con minuciosidad con las herramientas de las nuevas tecnologías, hasta en nuestros movimientos más íntimos. Estamos  vigilados que te cagas, de la forma más estricta, para que nuestros movimientos no vayan más allá de los invisibles límites que los políticos tienen señalados, para que no vean perjudicados sus intereses, los lícitos, y también los otros.

Me gustaría saber qué es lo que piensan 

de lo que está pasando en España, desde noviembre de 1975,  los que vivieron ya como adultos (y aún viven lúcidos) en los años 60, hasta estos tristes momentos, una vez vencido el cerco que las cabroncacias europeas y los EEUU nos habían impuesto por el simple "delito político" de haber tenido los 

cojones, que a ellos les faltaron y les siguen faltando, de apalizar en toda regla al comunismo asesino (ahora traídos sus "nietos políticos" con sus viejas propuestas y sus renovados ámbitos filocapitalistas, por esta pérfida Democaca). Lo mismo es que muchos han perdido la costumbre de pensar. Eso posiblemente es lo que justificaría que gentes sin más méritos que el de hacer pis y defecar todos las mañanas al levantarse, si no es que les martirizara el estreñimiento, 

puedan llegar a tan alto cargo en la política nacional: la Presidencia del Gobierno, y otros a cargos en descendiente cascada de menor importancia, como ha ocurrido en la casi totalidad de las ocasiones vividas en esta Democaca.

Hoy, mientras venía a nuestro trabajo, con mi mujer y mis dos hijos, he oído por la radio del coche que en la toma de las actas en el Congreso de los Diputados, para parecerse a un circo, "solo les faltaron los payasos". Dijo una voz femenina. Se equivocó la señora, si de algo estaba sobrado ese circo, era de payasos. 

Esos no fueron los únicos.


Eloy R. Mirayo.


No hay comentarios: