martes, 14 de mayo de 2019

OTRA FORMA DE DECIR GILIPOLLECES.

La celeridad en resolver problemas es sin duda alguna uno de los pilares de esta Democaca. Bueno, y hacer leyes con más agujeros que un enorme queso Gruyer, 

por donde como estamos viendo, y es un solo ejemplo -hay muchos más-, los separatistas catalanes se están pitorreando (los vascos, gallegos, canarios, etc., se están preparando para interpretar en común el díasporico orfeón hijoputiano) de España y de todos los españoles decentes. Sin ningún tipo de distinción.

Nunca he llegado a saber que es lo que la gente quiere decir cuando emplean con cierto énfasis y convencimiento de ser entendidos, como adjetivo, el apelativo de kafkiano -soy semi analfabeto nada orgulloso de serlo, y a mi edad no voy a cambiar-. Pero, intuitivamente, lo voy a emplear para expresar mi opinión sobre el cachondeo de permitir que individuos e individuas que han atentado contra el Estado de España, 

puedan ser elegidos -algunos han sido- para administrar, cobrando buenos euros de todos los españoles, las distintas instituciones del Estado, cedidas para, según dicen los más crédulos, ser más cercanos a las necesidades de los gobernados, bajo las leyes de una Constitución General para todo su territorio y para ser respetada por todas las personas que viven dentro de sus límites.

("El Supremo rechaza suspender el juicio del 1-O pero acepta que los presos electos vayan a la sesión de constitución de las  Cortés" según el periódico El Mundo).

¿Qué lealtad al Estado y su Gobierno se puede esperar de esos presuntos -hasta que haya sentencia- delincuentes?. 

No deja de resultar, al menos para mí, absurdo y extraño que a quienes vimos a través de la televisión celebrar la proclamación de la Republica de Cataluña, encabezando el ataque a la integridad territorial de España y la Constitución, les veamos jurando o prometiendo lealtad. Nos ha de resultar absolutamente irreal; complicadísimo entenderlo y aceptarlo por personas normales, como posible; aunque lo griten a todo pulmón a los cuatro vientos.

Se ladran, pero no se muerden en la yugular; así es la política democrática, y los políticos que viven de ella, sin el menor mérito, viendo cómo están dejándonos, como si fuera su propio negocio, de asegurado beneficio.

El que los separatistas catalanes se puedan incomprensiblemente expresar a su antojo, saltándose a la torera la legalidad existente, es la demostración de que en este país -el del pícaro Guzmán-, de esa manera se demuestra claramente su talante democrático, decía hoy un tertuliano mañanero de la televisión. 

Otra forma de decir gilipolleces 

Eloy R. Mirayo.



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