Lo que a millones de seres humanos nos parece, es que la Democracia que está gobernando casi todo el Mundo, es un sistema político ideado por unos cuantos sinvergüenzas con el propósito de imponerse al resto por su fuerza y lucrarse a su antojo de todo cuanto de interés hubiere, sin que existiera nada ni nadie con la posibilidad de hacerles pagar por sus consecuencias.
Pero no es así. Lo cierto es que ante la realidad de gobiernos opresores y despóticos que de "natural" tenían subyugados a las personas a las que gobernaban como se gobernaría un rebaño de reses de su propiedad, echándoles de comer y beber.
Fue que unas personas muy inteligentes, con capacidad de pensar -eso que ahora se echa tanto de menos- en la ciudad griega de Atenas, inventaron como solución a la arbitrariedad reinante, "el poder del pueblo". La oposición popular al poder universal de reyes y emperadores. Esos son sus nobles orígenes. ¡Quién lo diría!
Los grandes inventos que han revolucionado los comportamientos del ser humano, precisamente porque son obra del ser humano, todos tienen su parte negativa que, al conocerse, se debería respetar sin hacer uso de ella.
No voy a emprender un interminable recorrido aportando ejemplos que todos tenemos más o menos en la cabeza pero, por poner un ejemplo: la Energía Nuclear. Tan destructiva, y tan necesaria, a pesar de la opinión del rojerío mundial.
La Democracia aquella que se les ocurrió a los atenienses, fue una gran cosa, que beneficiaba a todo aquel mundo, menos a reyes y gobernadores. Pero... Es que entonces a la cabeza de aquel extraordinario invento, estaban por lógica, las personas inteligentes que además de encontrar la palabra para su denominación, "Democracia (el poder del pueblo)", también tenían bien pensado el necesario desarrollo científico para hacérselo fácil de comprender a quienes serian sus beneficiarios, para poderlo poner en práctica.
No es el caso de ahora; en este jodido momento en el que estamos viviendo en España, y en el resto mundo conocido,
no son por desgracia, las personas más inteligentes que deberían estar en la necesaria administración, del gran invento que fue ¡la repanocha! en su momento y que está degenerando en habitáculo sórdido que sirve de cobijo a un sinfín de seres inútiles para realizar cualquier tarea positiva para nadie, que no sean ellos mismos.
Lo que ahora percibimos los ciudadanos comunes del "uso y disfrute" del sistema griego de don Clístenes de Atenas,
es que los dirigentes políticos de este sistema, sucedáneo malo de aquel, sin exclusiones por nacionalidad o sexo, que deberían -si fueran inteligentes; que no- utilizar adecuados a los lógicos cambios sufridos en el Mundo por el paso de los siglos, los antiguos principios democráticos, en beneficio, como fue en principio, de quienes sufren en profundidad y en toda la amplitud de la palabra, están más próximos a la maligna tarea, metafóricamente hablando, a mi nadie me pone a cuatro patas, en aplicarnos indiscriminadamente un "griego".
Subiéndonos los impuestos, haciéndonos más caro el poder sobrevivir, e imponiéndonos reglas gilipollescas y prohibiciones absurdas, absolutamente impensables para aquellos atenienses, si ahora volvieran a la vida, tuviera que sufrir, aunque solamente fuera, el alucinante gobierno
municipal de la capital de España.
Eloy R. Mirayo.
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