martes, 26 de marzo de 2019

PERDIENDO EL RESPETO.

A España le están perdiendo el respeto en el extranjero, lejano y cercano, por culpa de la incapacidad demostrada por su propia clase política; tropa incapacitada total, incluyendo el no ser capaces de tomar las medidas adecuadas para que imbéciles como el presidente actual de México (opinión expresada por don Arturo Pérez-Reverte: "Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza") y los 41 (cenadores) senadores franceses que, en vez de estarse tocando las... notas musicales de la Marsellesa, se crean en la posición de atacar a España en su dignidad bien ganada y, muy bien defendida en no muy lejanos tiempos.

El -según la buena opinión de don Arturo- imbecil mexicano, en su pequeñez humana y, extremadamente corto en inteligencia, se permite, sin subirse unos escalones para ponerse a la altura de don Felipe VI,  a exigirle al ¡rey de España! que, como Jefe del Estado Español, pida  perdón a Méjico, por los abusos que pudiera haber habido en la conquista, hace aproximadamente (minuto arriba, minuto o abajo) 500 años, de aquellas tierras. 

Más le valiera al veterano político preocuparse de la violencia con que se enseñorean los cárteres de la droga y, si extrañamente le diera la inteligencia, tratar de reducir a niveles "normales", la pobreza existente en su país; tratar de crearles mejores expectativas de futuro a la inmensa cantidad de niños que, como si fueran perros, viven en las calles, mal alimentándose con el producto de su delincuencia. Y, si un día lograra algún cambio en positivo; quizás estaría en mejor posición de lo que está en este punto, para, como buen izquierdista (nieto de comunista español), decir gilipolleces enristradas, como si de morcillas se trataran.

La falta de respeto de los 41 franceses se convierte en insulto hijoputista, cuando se introducen en los entresijos de los intereses legítimos de España. Quizás ¡quién sabe! alguno de entre esos 41 senadores, tendría que estar más pendientes de 

encontrar a su progenitor, que en poner en duda el que se estén respetando los derechos y las libertades en Cataluña por parte del Estado Español.

Poner en duda la imparcialidad y corrección en su labor de la Justicia Española, solo puede estar al alcance de... una especie... de... ONG (Hijos de Puta sin Fronteras), con odio visceral. 

Todos los países, más o menos amplia, tienen su propia producción de hijos de puta (de los malos, que no suelen ser todos hijos de prostitutas); aquí también los hay; y muy proclives a cometer con insistencia hijoputadas (que pregunten a VOX si las están sufriendo). 

Los tuvimos activos en Las Vascongadas, cerca del millar de personas asesinadas; 

ahora en descanso. Y los tenemos activos, aunque sin provocar lutos, en Cataluña, entremezclados entre las gentes de bien.

Teniendo en cuenta que el Senado francés se compone de 348 senadores, 41, es una cifra tan importante como para hacer reaccionar con cordura al Gobierno de Francia, a través de su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian: "Plena confianza en la democracia y las autoridades españolas". Y de la ministra de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau: "Es un tema que corresponde a la responsabilidad de España, que es un Estado de Derecho, en el que nadie, por mucho que sea parlamentario francés, tienen por que inmiscuirse". 

También se habla de que una potencia extranjera que se ha introducido en los intestinos de nuestra Defensa Nacional. Eso es que han oído expresarse alguna de nuestras ministras y de alguno de nuestros ministros de defensa y, 

Y han ido a buscar con que seguir riéndose.

Eloy R. Mirayo.


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