miércoles, 6 de febrero de 2019

LLEVAN COSIDO A LA PIEL EL SALVOCONDUCTO.

Hoy me apetece escribir teniendo ante mis ojos la Puerta de Estepa, en la hermosa ciudad de Antequera.

Me pasa igual cuando al levantarme de la cama cada mañana, miro la cara de Julita -mi mujer- enseguida me apetece comenzar la tarea diaria, junto a ella y mis dos hijos.

Hoy, de alguna manera sigo agarrado al hilo de la madeja de la que creo haber escrito ayer: la licencia de qué se debe hablar; de cómo se debe hablar, y el tono que ha de usarse al decir cada una de las palabras.

Hoy en España lo dicta, sin derecho a replica, la maligna gilipollez en los distintos poderes, abrazando -sin cariño-, la absoluta generalidad de las tendencias políticas establecidas (aunque cada uno se asoma por una ventana, todas las ventanas son del mismo edificio) que, impúdicamente manosean a su "incienciado" capricho.

Ocurrió ayer, en un espacio radiofónico de la tarde, en la SER, con el nombre de La Ventana (ojo, que se está hablando no de un espacio radiofónico, eso se que corto y estrecho, ni de una simple emisora de radio); La Ventana, que dirige el periodista Carlos Francino, viene a ser, en la modernidad en la vulgaridad en la que estamos instalados, la réplica perfecta de lo que para la culta antigüedad fue, La Biblioteca de Alejandría.

Desde la ¿divina...? No; no; si hasta les cae bien Francisco. Desde la Erudición Universal, instalada en la SER ¡normal; son de izquierdas!, por su Ventana, sale, en beneficio de la plebe, sus científicos perdigones por las doctas bocas de eminencias humanas como "Especialistas Secundarios", que apuntan con índice, sin posibilidad de equivocarse -son de izquierdas- quiénes son los buenos y quiénes somos los malos en la política; Isaías Lafuente (por quien tengo admiración; a él, y a su peluquero. Un auténtico artista del peine y la tijera) sus perdigones gramaticales, desde el micrófono de la Ser, como suave gamuza, va corrigiendo y dando brillo, subido en el Diccionario de la Lengua Española y en infinitos tratados gramaticales (lo mismo, escritos por Pedro Sánchez), dando brillo al idioma castellano y corrigiendo a los públicos transgresores (¡cuántos!) las tardes de los viernes.

Y no baja la emérita labor, la que realiza la señora Pepa Bueno, y sus izquierdosos contertulios y contertulias, en su espacio matinal, desde donde atacan cuales inmisericordes "francotiradores" contra todo lo que se mueva, siempre que no sean socialistas, comunistas o podemistas (que son carne de primera) .

Pero, volviendo al comienzo me llamó la atención que durante el espacio la Ventana, hablan de hacer un biografía de Iturriaga y, el que la iba a hacer, con "graciosa intención" dijo que "hubiera preferido hacerla sobre..." una de las colaboradoras presente, del programa. 

Las risas se generalizaron, y nadie de los presentes puso objeción. Insólito porque, obligado todas las tardes, por el bien familiar, a escuchar el programa, la Ventana, es raro que nadie de los presentes, escuchados sus frecuentes discursos feministas, no hubiera llamado al gracioso (para mí, tonto de los cojones) al orden.

Esta emisora izquierdista, sus trabajadores y sus colaboradores, tienen concedida licencia; llevan cosido a la piel el salvoconducto, 

para decir lo que les plazca, aunque lo mismo saliendo de la boca de "un facha" (toda persona que no sea rojo) sería, en este caso, "un claro caso de acoso sexual"; una prueba de machirolismo repugnante digno de ser reportable a la justicia ordinaria (sin ánimo de faltar). 

Eloy R. Mirayo.


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