martes, 19 de febrero de 2019

HASTA EL TABLERO DEL MONOPOLY.

Da la sensación de que las medidas que deciden tomar los gobernantes pocas veces tienen que ver con los intereses generales del país gobernado, sino con el interés del grupo político-económico al que pertenece y sirve.

Hoy nos enteramos de que la fábrica de coches, Honda, de origen japonés, ha decidido echar el cierre a su planta en Inglaterra, preocupada por las consecuencias que pudieran acarrear a sus intereses lo del asunto nada claro del Brexit. 

A Mrs Teresa May, y al Mister David Cameron, les deberán caer sobre sus espaldas el peso de la  responsabilidad del futuro de 3.500 trabajadores que ya, en el día de hoy, han incrementado los datos del paro en Inglaterra. ¿Honda será la única gran empresa extranjera -para Inglaterra- que eche la persiana ante las perspectivas que se ofrecen en la tierra de Ricardo "Corazón de León?.

Es cuestión de soberbia, llegar hasta donde ha llegado la política inglesa, sin tener conocimiento de hasta donde les iba a llevar lo que parece ser una enorme irreflexión.

¡Somos ingleses! No tenemos que mezclarnos con la sucia gente del continente. Mirémonos ¿qué nos pueden aportar los bárbaros continentales que mejore nuestra elegante superioridad?.


La globalización que se ha establecido en el mundo, como un mal canceroso, extiende su metástasis, haciéndose presente por todo el cuerpo, y solo se da a conocer cuando todo está infectado. Eso es lo que viene a demostrar la decisión de la marca de automóviles Honda. Seguramente, no puede caber duda, fue un día estupendo en Swindon (Inglaterra), el día que los japoneses se instalaron. 

Así es como sucede en cualquier país; llegan con la "pasta flora" y parece que hubieran llegado los Reyes Magos cargados de regalos, pero en el momento que sopla, aunque solo sea un vientecillo raro, salen de estampida dejando los problemas por resolver.

Es la parte (el 80 %, más o menos) negativa de la aparición en un país de empresas extranjeras. Insisto, parece que te traen el premio de la Bonoloto, pero la verdad que va de "tapada" es que se instalan con la intención de llevarse a su zurrón la parte magra de los beneficios, sin aceptar el menor de los sacrificios.

Volviendo al principio; sería bueno que los ingleses que acaban de ver partir a los japoneses de Honda, se vayan preparando, cuando por fin se llegue a la ruptura con Europa, para ir viendo como muchas de las empresas extranjeras que allí están instaladas, se van marchando a otros lugares más seguros para sus intereses, dejando edificios fantasmas y trabajadores si expectativas de futuro.

La globalización que a tanta gente le pone a tope, la gran mayoría sin llegar a comprender más allá de las trece letras y la tilde, que lo que representa es la toma de posición en los canales de creación de riqueza por parte del capitalismo internacional más feroz y, como si fuera un limón, lo exprime hasta dejarlo seco. Con la colaboración de los políticos de turno, a quienes con poco se les compra.

Algún día aparecerá alguien con la inteligencia necesaria y los cojones bien puestos entre los muslos, que se preocupe de crear un "INI", que se dedique a formar empresas nacionales, que pongan freno a los especuladores sin rostro que poco a poco se están quedando con los dineros, las casa, los chaléts y también, con el mismísimo tablero del Monopoly.

Sería bueno, viendo el resultado que nos está ofreciendo a los españoles la asociación en un mismo tipo de interés (el de Alemania; Bélgica; Luxemburgo; Francia; Países Bajos; Italia), en un conjunto con sus propias reglas, que una nueva Política, se decantara por recuperar nuestras señas de identidad; nuestras costumbres (vino tinto; cerveza "el Águila; bocadillo de calamares; pincho de tortilla; pepito de ternera...) y fomentar el nacionalismo hasta volver a sentirnos orgullosos de ser españoles y no solamente "ciudadanos de Mundo", que dicen los gilipollas, como si siendo español, no fuera ser ciudadano de Europa y del Mundo; sin por ello cerrarnos en nuestra propia fronteras. 

Conviene tener presente que, aunque no hemos tomado el camino de un "díaspórico" Brexit empresarial propio, tenemos  a Pedro Sánchez que pudiera tener para España los mismos resultados que para Inglaterra su Brexit.

Eloy R. Mirayo.


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