Él espectáculo que se está interpretando en el teatro "Podemos": los actores interpretando sus inexistentes personajes a base de "morcillas (en el argot de los actores, ocurrencias personales fuera de libreto) al carecer el autor de guión y de director de escena con idea de lo que se debe hacer, es similar a la peor de las Óperas Bufas que jamás se haya puesto en cartel y en el mundo entero.
El Iglesias; su compañera de cama y escaño -propietarios de Podemos SL, empresa con ánimo de lucro-; el Encinar que, como don Mendo,
se ha quitado la vida -¡política! que nadie se alegre-, de un "bajonazo" en todo lo alto; el Errejón; el Alegre, la señora Bescansa y su "podenito"... ¿Esa es la tropa que los españoles estaban esperando para pasar por "OMO" la política nacional? ¿Serían los que a los españoles les harían, -a ellas y ellos- un hijo cura? ¡Los testículos del toro de Domecq! Esos sí que son de verdad, y no estos falsos titiriteros.
Los españoles cuando como la pluma
pierden la referencia y el calor del padre (los reyes Católicos; Francisco Franco) son capaces de hacerse reflejar en el libro Guinness, como el más alto grado de gilipollez colectiva conseguido en la larga Historia del Mundo. En esa orfandad pierden hasta la más insignificante mica de autoestima y, desamparados por sí mismos, esperan timoratos e indecisos, estado de ánimo que les empuja a admitir a cualquier malasangre; todo a cien de rastrillo comunista, creyendo que es quien les vaya a solucionar su zozobra; lo que a menudo da pie a la posibilidad, "15 de mayo", que aparezca un gilipollas con trasnochado discurso comunista e incontenible verborrea, al que indefectiblemente seguirán como el rebaño sigue al carnero que lleva el cencerro, aunque el camino sea el que les lleve al mismísimo degolladero.
Lo malo es que en aquellas nefastas fechas jugaron los burros y, somos los arrieros los que pagamos las consecuencias.
Los refranes en la mayoría de los casos vienen a ser un resumen corto y sabio de algo de gran tamaño y muy largo de contar.
"Podemos ha venido para quedarse". Solamente la estupidez tomó en serio esa sentencia, como tampoco las personas sensatas (me cuento entre ellas) tomó en serio el uso de ¡Podemos!, grito de la afición del club Celta de Vigo,
en su lucha por que su equipo no bajara a la segunda división del fútbol nacional, como nombre y bandera de algo nuevo. Todos estábamos al cabo de la calle, de que bajo la copiada envoltura reivindicativa, se escondía el viejo y casposo comunismo de toda la vida. Lo que asegura que su tamaño, a velocidad de crucero, ira pareciéndose más, en tamaño e incidencia en la vida política nacional, cada día que pasa, al del PC del ex falangista Anguita.
"Incluso politólogos dicen que «Anguita es una secuela de la revolución pendiente y una mezcla de su juventud falangista y su conocimiento tardío del marxismo y del leninismo.»
Para quienes así pensábamos entonces, los líos que van surgiendo entre los "lilas" -¿o son morainos?- en Podemos, en la capital del reino y en las demás provincias, lejos de sorprendernos (lo teníamos vaticinado aún con las cifras de aquellas elecciones), corresponde al código genético del comunismo que no ha cambiado desde la Revolución en Rusia.
Toma del poder en el 7 de noviembre de 1917, hasta que en marzo de 1918, ateamente se bautizó como Partido Comunista de Rusia (bolchevique).
No voy a repetir lo de sus famosas purgas, pero si quiero que quede claro que el comportamiento comunista, su deriva asesina, no ha variado; su comportamiento solo tiene el freno de donde se mueva. Aquí en España, así, dulce como una Ursulina pero en Venezuela... Dentro de poco se sabrá él número de venezolanos asesinados por los armados comandos paramilitares, de acción rápida.
En Venezuela; nada de indultos o amnistías. Pena de muerte ¡Ya!, en cuanto se les eche mano. Al petirrojo y al pichón; escopeta y perdigón.
Eloy R. Mirayo.
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