miércoles, 30 de enero de 2019

DEMOCRÁTICAMENTE.

El sonido hasta es más feo. Desde hace más de cuarenta años en España todo, incluyendo defecar, se ha de hacerlo por la Democracia. El rey don Felipe ha visitado a las topas españolas destacadas en Irak, recordando la gran labor que están realizando en aquel lejano país, ya que están allí desplazados, por el bien de la Democracia. ¿Democracia? 

A mí ¿qué quieren que diga? me gustaba más cuando nuestros militares cumplían con su abnegada tarea "Por Dios y por la Patria" Que maravilla de sonido el formado por esas dieciocho letras; tan hermoso y noble... Fueron muchos miles de buenos españoles los que, al borde de una fosa común, recibían la descarga asesina gritando con toda la fuerza de sus pulmones esa ofertas.

Trasladando aquella barbarie a este momento histórico e histérico, yo me hago esta pregunta: ¿habría alguien que ante tan definitiva vicisitud se le viniese a la cabeza  gritar ¡Por el ateísmo y la Democracia! Antes de cerrar el ojo?

Respuesta: Morir por Dios y por la Patria, es algo muy grande; sabido es que Dios no necesita ser defendido de nadie ni de nada para su existencia pero, para quienes somos creyentes, ante la muerte inminente o, ante la drástica posibilidad el "por Dios",  es el estar dispuesto a entregar limpia, a Dios, lo que Él nos dio al nacer: el Alma Inmaculada. 

Disponerse a morir por la Patria, es morir luchando por conseguir "un lugar" mejor para para quienes sigan viviendo. Puro altruismo.

La cosa distinta es si alguien se dispusiera a morir por la Democracia ¿por qué?. Porque morir por la democracia es morir por el aborto libre; por la aplicación de la eutanasia; por la legalización del consumo de drogas; por el paro irreversible; por el egoísmo; por la especulación; por las empresas de juego online 

que se llevan a sus países los euros españoles; por la desmelenada presión impositiva; por las jugosas pensiones de los ex políticos; por las huelgas salvajes, medio pensionistas y leves; por leyes discriminatorias; y un larguísimo etc,. que no estoy dispuesto a romperme el brazo empeñado en traerlo hasta este modesto blog.

Decía que ahora, todo se hace bajo influencia de la Democracia. Sale en las pantallas de las Televisiones un cocinero famoso, de los que hacen carísimos platos y lo primero que sale de su boca es: "mi cocina es una cocina democrática". 

El campeonato de fútbol en España, está siendo bastante democrático. Y también lo es el de baloncesto. Los clientes de las prostitutas en Madrid, pagan democráticamente el servicio recibido. Los dueños de los perros, recogen democráticamente los excrementos de sus mascotas. Los ladrones de cualquier tipo y cultura que "trabajan" en España, roban democráticamente; no discriminan por ninguno de los motivos que enumera nuestra Constitución. 

Tampoco se salen de lo "políticamente correcto" los miles de comerciantes en drogas; democráticamente venden sin discriminación cualquier clase de drogas y, también sin discriminar edad, sexo, color, medida de pie, tamaño de bucle en el cabello, inclinación sexual, ideología, culto o dimensiones del pene, colocan sus productos. 

Muy agradecidos hemos de estar los españoles a la Democracia -la nuestra- que ha fomentado el acercamiento a nuestra Patria -creando el más variopinto y amplio abanico jamás conocido- de las diferentes mafias que pululaban -ya no; están aquí establecidas- por todo el mundial Mundo.

Si será desgracia la mía; Franco me impidió durante cuarenta años, el uso y disfrute de todas esta venturas.

Eloy R. Mirayo.



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