martes, 11 de diciembre de 2018

LOS GRANDES INVENTOS DE TBO.

¿Qué es lo que debe hacer ese prójimo que inexplicablemente se encuentra en mitad de un extensísimo desierto; sin ropa que cubra las desnudeces de cuerpo, sin gorra que proteja de los implacables rayos solares su descabellada cabeza, sin comida que renueve su energía y sin bebida -ni siquiera isotónica- 

que pudiera utilizar para hidratarse, si al menos, entre tanta desgracia le quedara, si es que alguna vez tuvo, un mínimo de lucidez e inteligencia?. La respuesta es simple: tratar de desaparecer.

Pues, Pedro Sánchez, en su desierto alcanzado, con la inestimable ayuda de lo peor de los reptiles que reptan entre las requemadas arenas y las espinosas y resecas plantas que lucen en su mal adquirido desierto, en vez de desaparecer con la rapidez del rayo, lo único que se le ocurre, nadie sabe por qué y para qué, es dar vueltas al estúpido trote cochinero, sin separarse un ápice del eje, no sea que a la menor, alguno de sus "apollablandas" se lo vayan a "guindar".

Tengo que decir, para evitar confusiones, no sea que lo que nadie usa contra el gilipollas (adjetivo calificativo leve, muy madrileño) al menos "político", El Inodorable Torra 

que, lo que hasta este punto "." he escrito, en este folio, es un cuento que mi abuela Leonor me contaba a la hora de dormir.

No han sido estas últimas cuatro décadas muy diferente a los cuentos que en el TBO, se contaba en los Diálogos de Besugos".

Raramente, la actuación de los distintos gobiernos que nacieron como normal deposición del sistema, Democracia, ha sido más lúcida y aparente que, "Los Grandes Inventos de TBO". 

No hay más que pasar revista a los hechos que nos han traído aquí. Todos sabemos cómo y por qué estamos en las condiciones en las que estamos. No es necesario rezar el rosario diabólico de las cabronadas con las que hemos sido regados los españoles durante los ya citados últimos cuarenta años.

Grandes problemas teníamos los españoles que vivíamos pisoteados bajo la bota de dictador, como ir al trabajo, sin la "positiva" inseguridad de ser uno de los "beneficiarios" de que la empresa haya presentado un drástico plan de remodelación de plantilla, o de haber desaparecido sin dejar huella (jodida la plantilla de trabajadores y los acreedores), y resurgimiento milagroso en algún país emergente, que se dice.

La sensación que los viejos tenemos, echando mano del recuerdo de aquello, puesto en paralelo (yo diría, para lelos) con esto de ahora es que, mientras entonces se gobernaba desde dentro hacia fuera; ahora se desgobierna de fuera hacia dentro. Dicho en otras palabras: aquel gobierno se responsabilizaba de lo que era necesario


realizar

mientras estos gobiernos 

("Crece la deuda pública en España en el tercer trimestre. La deuda pública en España ha crecido en el tercer trimestre de 2018 en 10.748 millones de euros y se sitúa en 1.174.633 millones.
Esta cifra supone que la deuda alcanzó el 98,1% del PIB en España, mientras que en el trimestre anterior, primer trimestre de 2018, fue del 98,7%.")

democáquitos lo que hacen es crear dificultades y problemas que, además de echarnos la culpa a los gobernados, nos cargan con las deudas en las que ellos, por su mala gestión, se metieron sin saber cómo salir de ellas. 

Está claro; no se puede esperar, por mucha paciencia que se tenga, a que del Alcornoque, broten  maravillosos ramos de todas las especies de orquídeas por todas sus ramas, ramitas y ramichuelas. Ni siquiera una sola.

(El tío sigue dando vueltas... Pero en avión oficial ¡No te jode!)

Eloy R. Mirayo.


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