jueves, 22 de noviembre de 2018

¿QUE QUEDA HOY DEL FRANQUISMO?

La fecha del 20 de noviembre pone nerviosos a los cobardes izquierdistas -pesoeros y común-podemistas- coleguillas de aquellos que asesinaron, entre muchos miles más, a José Antonio, y los igualmente cobardes que no tuvieron cojones para acabar -ni siquiera los tuvieron para empezar- con el Caudillo.

Y por eso, con la inútil intención de mostrarse valientes -que no lo logran-, hay quienes hacen pública (en el diario El Mundo) esa pregunta, usándola como proyectiles contra Franco, pero con la seguridad -si no, no lo haría- de que no recibirá respuesta adecuada de quien es motivo de la pregunta ni de quienes deberían responder, aunque nada más fuera por agradecimiento.

Al gilipollas que lanza la pregunta desde las hojas de opinión de El Mundo, no le importa, para nada, las innumerables huellas positivas que el Generalísimo Franco fue dejando impresas en todas las tierras de nuestra España; lo que el gilipollas busca es, de la misma manera que tan buenos resultados les está dando a estos políticos maricones, hacer creer que durante aquellos años, como desvergonzadamente dijo el imbécil "viejo profesor", "España ha estado desaparecida durante los últimos 40 años". Como si hubiera estado durante ese tiempo cubierta por la humareda impenetrable que salía, al tiempo que los proyectiles asesinos, de los fusiles Máuser, en función de fusilar a cuantos ciudadanos ejemplares, las tropas franquistas, iban encontrando a su paso por calles, carreteras, caminos, sendas y trochas. 

Consiguen los resultados que buscan, pisoteando la memoria de quién cambió el país de prácticamente agrícola, a llegar a estar el noveno en el ranking de los países más industrializados, creó la hasta entonces desconocida "clase media", y propició que hasta los obreros, con el rendimiento de su trabajo, pudieran llegar a gozar de la  propiedad de su vivienda. 

Y repito que alcanzan los putos resultados que buscan, y es que en este país hay mucho zombi al que todo les parece bien, aunque les llamen perros sarnosos, si no se les quita el teléfono móvil "de por junto a la oreja".

"¿Quiénes son los miembros de este gobierno para prohibir que yo y cualquier hijo de vecino expresemos opiniones elogiosas, simplemente ecuánimes, sobre la persona que gobernó España durante cuatro décadas?" (Tomado del diario El Mundo 18-11-18 "El Lobo Feroz" de
Don Fernando Sánchez Dragó)

Yo siento vergüenza ajena viendo que ha de ser una persona que, por motivo político estuvo encarcelada -no mucho, -¿lo reconocerá usted, don Fernando?- durante el gobierno del Generalísimo Franco, quien ha de salir en su defensa, y en la de su obra. Me decía ayer mi abuela Leonor que es normal que nadie le defienda; más del cincuenta por ciento no vivieron o casi, aquella época y entre el resto, es necesario tener en cuenta que la mayoría de los políticos -izquierdistas, centristas y derechistas- son demócratas de tomo y lomo, huidizos de autoritarismo -mucho más de tomo- hijos y nietos de personas afines al Régimen. Hay hijos de alcaldes, nietos de procuradores en cortes y hasta sobrinos de ministros, algunos de ellos militando en la extrema izquierda, sin ningún mérito personal, pero extrañamente adinerados.

"Yo, señores del gobierno, ni pongo ni quito rey, pero me arrogo el derecho de contar lo que viví. Estoy haciéndolo en el segundo volumen de mis memorias. Seré procesado cuando salga, por escribir con la sinceridad que el memorialista exige?" (Extraído de la misma fuente, y del mismo autor).  

Hay verdades que ni a propósito se pueden ocultar, tienen tanta fuerza que por mucha tierra que se use para taparlas, terminan por brotar con inmaculado brillo".

"Pero entonces los análisis del PSOE o el PCE decían: aquí no se mueve nadie y todo el mundo está deseando coger casa de la obra social del 18 de julio o tener una entrada para un Seat o una vespa". Es la prosperidad la que abre una espita en un discurso anacrónico para aquella sociedad donde los textos somos la reserva espiritual de Occidente" (extraído de un raro artículo firmado por un tal Fernando Sánchez Castillo, con citas del historiador Moradiello, editado en el diario El Mundo, 18-11-18)

Eloy R. Mirayo.


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