martes, 27 de noviembre de 2018

ASÍ, COMO VAN VINIENDO.

Los políticos, pero sobre todo los de izquierdas, usan el idioma con la desvergüenza y el desconocimiento de quienes ni saben ni les interesa saber el valor de las palabras y su impacto al formar una oración. 

¡Pero qué tonto eres!

Pero qué tonto eres...




La cosa es igual. Pero son distintos significados.

"Poner en contexto". Eso es lo que ha venido a decir una autoridad del ministerio de Sanidad, responsable, o así lo ha parecido en su intervención, ante los medios de comunicación, en cuanto a los trasplantes dañinos que, por distintas circunstancias no lejanas al lucro delincuencial industrial y médico, en los últimos días están apareciendo en territorio español, pero están ocurriendo en todo el mundo.

Poner en contesto porque, si al año se hacen varios millones de toda clase de trasplantes, unas pocas decenas, o centenas de miles fallados, es algo que se debe "poner en contexto". 

Hay que poner en contexto podría parecer sinónimo de "como yo he decidido que son pocos, pues que se jodan". 

¿Verdad que podría parecer? señora puesta a dedo erecto en el ministerio de Sanidad.

Esa dichosa oración, tan deshumanizada, no es la respuesta esperada por quienes han sido víctimas de unas prótesis de caderas que, además de haberle dejado semi impedida en su movilidad para el resto de sus días, los residuos metálicos desprendidos por el uso de la prótesis, han atacado seriamente su organismo, también sin posibilidad de ser limpiado.

Tampoco es la respuesta para ese número de mujeres que engañadas con la promesa de que la colocación de un determinado ("Essure",

se habla de un millón de implantadas, y de varias decenas de miles damnificadas de distinta gravedad) dispositivo anticonceptivo, ya no tendría que andar con pastillas, profilácticos y otros etc., ni tener otra clase de cuidados por no embarazarse, por mucho que hicieran uso del sexo, ya que su eficacia es a perpetuidad. 

No es que fueran simples fallos que propiciaran embarazos no deseados, que también, sino que el implante, para 240 mujeres españolas ha sido tan funesto, que ha habido alguna de esas personas que han perdido hasta la posibilidad de disfrutar de su sexualidad.

Qué pensará esa persona que se le implantó un "marca pasos", incrustado dentro del corazón, que funcionaría sin necesidad de recargar de energía cuando, sin posibilidad de extraerle el primer ingenio, por dejar de funcionar, le han tenido que introducir otro similar, del que hay que esperar que no falle. Esa persona que ha sufrido las dos operaciones ¿aceptarán que su caso se "ponga en contexto"?.

Y aquellas personas a las que se les implantó unas lentillas (dudosas hasta para los propios fabricantes, a las que a pesar de ello dieron salida, por defenderse de la competencia) que le han pulverizado la córnea, dejándoles semi ciegas o totalmente ciegas.

Ninguna de las instituciones del Estado, atrapadas en las manos pecadoras de esta política democáquita, asume la responsabilidad que le atañe; simplemente, porque ni el que elige a quienes están al frente de ministerios; ni quienes eligen a quienes están al frente de subsecretarías, y ni quién elige a quienes dirigen los organismos correctores, ni los que fueron elegidos, son las personas con los necesarios conocimientos para, aunque nada mas sea, saber para qué están calentando el sillón oficial en el que se sientan, si cuando al día siguiente, "cuando volvemos a sentarnos, están fríos" (los daños son menores gracias a los funcionarios que, si no...). Siendo así ¿cómo han de ir las cosas en este país?. Pues...

Así, como van viniendo.

Eloy R. Mirayo.


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