lunes, 8 de octubre de 2018

¡QUE SIGAN EN SU IGNORANCIA!

Lo que las personas de bien, los que cada día vamos al trabajo y los que no van porque les han despojado del derecho a trabajar; los que pagamos toda clase de impuestos -y los que no los pagan porque no tienen con que- cada día más injustamente repartidos, ayudando a que existan individuos billonarios; los que respetamos cuanto hay que respetar, sin respuesta recíproca; esto es, que se nos permita desarrollarnos en nuestras expectativas que, como seres humanos ha de comprenderse que son absolutamente naturales: el derecho a vivir y pagarnos con el resultado de nuestro trabajo los gastos que genere nuestra existencia individual, o como parte integrante de una familia; eso, en estos momentos y en el mundo entero, es un privilegio que solamente tienen asegurado los políticos de alto, medio y bajo rango, y los sinvergüenzas con los que muchos de ellos están asociados en los sucios negocios especulativos que van sembrando el paro, la ruina, la desesperación y hasta la muerte, pisando todos los "reconocidos mundialmente" derechos humanos.

¿El huevo o la gallina?


¿La política o la corrupción? Dos populares acertijos imposibles de encontrar en tan escasas posibilidades -solo dos- la respuesta indiscutiblemente acertada.

El primer mundo, su política, parece estar sufriendo una especie de cagalera mental y existencial, ante el avance de lo que ella, acojonada, califica de extrema derecha. 

El chollo se les mueve y hacen lo que se les ha dado muy bien siempre, utilizar los medios de comunicación, gremio fácil de convencer, para que infatigablemente difunda el, "que viene el Coco". 

A quienes, en España, los imbéciles y la señora Otero, en la emisora de radio "Onda 0", tilda de Extrema Derecha a las personas cuya posición política en estos momentos es "estar hasta los cojones", de tanta y tan variada corrupción, y de estar pagando con su esfuerzo gilipolleces que utilizan los políticos con el único interés de conseguir a través de las papelinas, las que se introducen en la urnas, mantenerse enganchados al pezón del poder la "tela marinera".

La realidad es que ni siquiera la señora Otero, y los imbéciles -los malvados que en la oscuridad gobiernan el país si lo saben- a quienes se les escucha y se les lee, sabrían explicar con claridad -con inteligencia sería mucho esperar de ellos-, cuáles son los rasgos identificables de lo que ellos denominan Extrema Derecha. ¡Que sigan en su ignorancia! Quizás algún día se realice el milagro de que, viéndose frente a un espejo, se reconozcan como parte de la verdadera Extrema Derecha; la que tan egoístamente gobierna la economía, apoderándose de todo cuanto sea capaz de generar riqueza; la que a muchos imbéciles, ellos, ellas y la señora Otero, están con docilidad sirviendo cada día.

Lo que parece mentira es que toda esa gentucilla que tan a la ligera acusa a VOX de Extrema Derecha, no sea capaz de entender que si esa idea va, como ayer mismo se ha visto en Brasil, avanzando como inexorablemente ha ocurrido en varios países de Europa, es por culpa de la variada corrupción de la política "liberal" que, a unas naciones más lentas y otras con más velocidad, va arruinando, sumergiéndolas en deudas impagables, que siempre recaen sobre la espalda de sus ciudadanos y nunca en la de sus políticos.

"La deuda externa de España alcanza máximos históricos con 1.9 billones de euros. 
Los pasivos con el extranjero tocan el 170% del PIB" (según El País).

Eloy R. Mirayo.



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