martes, 2 de octubre de 2018

EL FUTURO DE ESPAÑA ESTÁ EN MANOS DE GILIPOLLAS.

Cada día que se está dejando pasar sin tomar las apropiadas medidas correctoras, está más cerca el momento en que el dilema sea escoger entre dejar que Cataluña se independice, o defender su españolidad a tiro limpio.

Existe un Estado sobre todo el territorio patrio, pero ni siquiera se le permite defenderse a sí mismo, ni siquiera con el uso de las leyes en vigor. 

Existe un Jefe de Estado, pero no se le permite ejercer mínimamente su jefatura, en defensa de la Unidad Nacional que la Constitución Española de 1978, en su Título II, articulo 56 le reconoce.

1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento de la instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuye la Constitución y las leyes.

De manera que, quienes tienen que defender la unidad de España, en estos críticos momentos, son desde siempre los enemigos de esa unidad que enmascaran con el federalismo (amplia puerta hacia la yugoeslávica multidivisión) y, los aún más rojos, los estalinistas de Podemos (herederos del ¡Muera España, Viva Rusia!)

a los que, el único sentimiento que les alienta es precisamente la destrucción del único país del Mundo que venció al comunismo.

Es una desgracia muy grande que el futuro de España esté en manos de gilipollas que únicamente saben utilizar con maestría los, infinitamente más desarrollados que sus cerebros, dedos pulgares de sus manos.

Ignorantes que utilizan FACEBOOK, TWITTER e INTAGRAM como los vehículos ideales para gobernar (¿de verdad?) al más importante y bello país que Dios puso en este Mundo. Imbéciles que, hasta los 4 "polvos" que son capaces de echar al año, los echan por whacsapp, despreciando, los muy memos, la suavidad epidérmica femenina;

la maravillosamente cálida y agradable vía natural, sobre un cómodo "Pikolin"; como lo solemos hacer, de vez en cuando, las personas normales.

Nadie en plenitud de facultades, puede despreciar las facilidades de poder decir cosas sensatas, o gilipolleces, y escribir con corrección o, como sucede en un altísimo tanto por ciento de las veces, con deslumbrantes faltas de ortografía. 

La señora del Twitter, según la fuente usada por mi, es delegada de Educación en alguna de las autonomías.

Claro que mucho peor es creer estúpidamente que el asunto de los desmanes separatistas de ayer en Cataluña, lunes negro, se vayan a resolver de buena manera con el mensaje twitero del señorito Pepis al separatista Okupa de la Generalidad. 

Que sería de los políticos actuales si los teléfonos y ordenadores no tuvieran correctores. ¡Auténtico desastre gramatical!.

Eloy R. Mirayo.



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