Ayer me preguntaba un asturiano, preocupado por la nieve que les está cayendo en su pueblo, y por los de alrededor,
por el gilipollas que para demostrar el cambio climático que nos llevará al cataclismo por calor (falta de refrigeración exterior por los daños que se están haciendo a la atmósfera), introducía un termómetro en la tierra, como las mamás les meten el termómetro por el culo a los niños, para comprobar si el infante tiene o no fiebre.
Nadie discute lo del cambio climático porque no creo que con la información científica que se tiene tan a la mano, haya alguien que dude de su existencia pues, es posible que empezara desde el primer minuto en que se empezó a crear en el espacio celeste nuestra querida Pachamama (Madre Tierra).
Ni idea tengo de quién pueda ser ese gilipollas pero, recuerdo -le dije- que hace un tiempo alguien me informó, de que entraba en lo muy probable que el individuo fuera universitario; lo que demostraría por enésima vez, claramente, que un título universitario, aunque se vea acompañado de un Master -como el momento nos está mostrando con todo lujo de detalles- no tiene por qué significar que, simplemente por poseerlo, alguien no pueda ser un mayúsculo gilipollas, con posibilidad de llegar a la presidencia de un importante país del Sur de Europa (de muy al Sur).
Fuera de esa pequeña especulación, lo que sí que resulta indiscutible es que el "gilí" del termómetro al hombro, buscando agujero donde meterlo es, además de eso, un militante en superficie visible de la asociación "Acojonadores sin Fronteras".
Existe una Legión, aquí en nuestra querida Patria, que forma con Honor en la Élite de Nuestro Ejército, que nada tiene que ver con el uso que algunas veces con toda su "legalidad semántica" se hace con la palabra "legión".
Cuando un español escucha el Himno de la Legión y ve desfilar a sus hombres y mujeres, al tiempo de notar gozosamente acelerado el corazón, piensa en lo muy bueno que en estos momentos (siempre), podrían hacer por España, simplemente con su aparición.
Luego existen otras legiones, que nos traen la visión amplia de algo; demostrativo de exuberancia, que nos avisa de alguna cosa muy numerosa:
el día del orgullo gay sale a la calle una "legión de +++++++++; el difunto Pablo tenía una "legión" de acreedores -¡si no se hubiera comprado la mansión en la Sierra! habría quien lo dijera-; a ese torero le sigue una legión de aficionados, donde quiera que toree; esa puta que está cerca del Congreso, tiene una "legión" de conocidos clientes; en los padres y las madres de esos políticos secesionistas vascos y catalanes, diariamente se caga una "legión" de españoles...
Lo que está claro para los acojonadores es que la tierra acabará por desaparecer motivado por el cambio pero, lo que no saben, y por eso indistintamente se agarran al calor cuando hace calor que tetorras,
y al frío cuando en llegando el invierno, durante unos días hace un frío intenso (como el dormitorio de un recién divorciado) algo menor que el auténticamente polar o siberiano; "que tie tela", diría el flamenco.
Algún día de estos haremos arqueo de las distintas maneras que usan los "Acojonadores sin Fronteras", para acojonar al personal.
Eloy R. Mirayo.
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