El presunto plagio (del que los españoles y españolas estamos hasta los cojones o los ovarios, según quién) del que acusan al señorito Pepis sin considerar que lleva un ejemplar en su cabás, resulta que no es plagio, aúllan encorajinados las y los socialistas como gato a quien le han pisado el rabo, a unas, y la cola a los otros,
porque lo plagiado no ha sobrepasado el tanto por ciento que, según la experiencia de los plagistas afines, existe mundialmente permitido y lo tienen tasado, creo haber entendido que llega a un 20% de lo escrito.
Yo no entiendo de las sutilezas que usa la gente interesada, para hacer resaltar ciertos matices exculpatorios. A mí, que soy un niño muy sencillo,
siempre me ha parecido que si para escribir un libro se escoge la idea de alguien; se usan sus argumentos y sus escritas palabras puntualmente en largos párrafos y se hacen público en un escrito propio, eso es un plagio en toda regla, o de tomo y lomo, que dice mi camarada Rafael Estremera. Si algo así se excusa, podría ocurrir que llegara un día que un canalla violador se defendiera ante el juez diciendo:
"Señoría; vamos a ver si somos coherentes y actuamos, sobre todo usted, con máxima comprensión justiciera y no a la ligera. Debe Su Señoría entender que a mi no se me puede juzgar como vulgar violador del tres al cuarto, porque yo, inteligentemente solo introduje mi pene ¡que mide 22 centímetros en descanso!
un 13% en la vagina de esa mujer que, en vez de estarme agradecida, me ha denunciado, lo que supone en el sistema Métrico Decimal que tenemos en uso 2,86 centímetros, lo que vendría a ser "un asomarse al balcón para ver el panorama".
No vamos a creer por mucho que se intente, que en la judicatura española haya un solo juez que fuera capaz de tomar algo tan serio a guasa, haciéndole presa, siendo el juez oficiante en el caso, de un incontenible ataque de risa; más bien hemos de creer y creemos que lo que acertadamente haría Su Señoría, sería indicarle al violador el camino por al que acabaría dando con sus huesos en el "trullo".
El país, España, en estos momento soporta una excesiva cantidad de problemas de perentoria solución. Unos surgidos por generación espontánea y los más, por mor de los políticos democáquitos; esos pequeños moñiguillos que tanto nos joden, que fueron, son y serán expulsados por el ano marrano de esta Democaca (que no voy a cometer la gilipollez de enumerarlos pues todos los españoles y españolas decentes, los tenemos reconocidos en su totalidad y en pleno sufrimiento), cien mil veces más importantes que si los master, las tesis o las licenciaturas son lícitas o de "Matute".
Si pasamos una rápida ojeada en Google
por el curriculum de la mayoría de los políticos de la izquierda, desde el PSOE a los rojos de Podemos y sus escurriduras, podemos comprobar que la mayoría de ellos se han afiliado a los partidos del rojerío nacional, a la temprana edad de la decena y media de años. Quienes saben de los funcionamientos estudiantiles en institutos y universidades, no tienen dudas. La mayoría de esas deformadas criaturas, terminan sus carreras con las ayudas directas o indirectas de profesores y catedráticos políticamente afines. En algún caso particular que es muy conocido: papá catedrático, hijo doctor, y con su Cum Laude en el bolsillo.
Una de las grandes aportaciones al mundo de la cultura de este país por parte de la Democracia, es el haber convertido, casi en un ciento por ciento de su totalidad, las aulas de guarderías, colegios, institutos y universidades en un obrador de falso y dañino género, de dificultosa regeneración.
El sistema funciona como funciona (de puta pena), independientemente de si un ministro de Interior es un doctor universitario o un sencillo electricista, ejerciendo de agitador de "masas" de la UGT. El sistema, esta Democaca puede funcionar, como funciona (de puta pena), con cualquier clase de persona como Presidente de su Gobierno, siendo únicamente necesario no ser demasiado "listillo"; mejor con personas "limitaditas" o hasta un escalón más bajo, como JLR Zapatero o el señorito Pepis, con su cabás en el brazo, de donde asoma la orden de exhu.... Lo más imprescindible para cerrar heridas.
Eloy R. Mirayo.
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