jueves, 27 de septiembre de 2018

IRLA CAGANDO ALLÁ POR DONDE PASAN.

La inteligencia y el buen gusto es lo que nos pone a las personas normales en el buen camino, a la hora de amueblar y decorar la casa donde se va a residir, de recurrir para comprar los objetos ornamentales en los mejores comercios del ramo; donde nos atiendan los más acreditados profesionales y donde la calidad y el diseño no pueda ponerse en entredicho. 

No es IKEA, mire usted por donde, el lugar más apropiado para comprar todos los "con qué" amueblar vestir e iluminar el Real Palacio Buckingham. 

Por mucho que hubiera en la Corte un imbécil; un Sir gilipollas con el suficiente poder como para intentarlo.

Claro que peor es lo que sí ha sido capaz de hacer el señorito Pepis en este país que, para formar su equipo de gobierno, por lo que vamos observando, parece que hubiera ido en el "festivalero" helicóptero, al rebusque y coge, en el "Rastro" madrileño, o en alguno de los "mercadillos" donde comercian "payos y gitanos", que suelen montarse en los pueblos de la periferia. Lugar donde jamás es posible que se encuentre la excelencia. 

¡Joder! Es que solo le ha faltado el gato chino de la suerte; ese que todos los horteras tienen como mascota; ese felino cansino que no cesa en su empeño de decir adiós, a quienes pasan a su lado, mientras se lo permita la más mínima porción de energía de la pila que lleva en sus entrañas.

Mi amigo Cristóforo me dice que, de haberlo incluido entre sus ministros, en estos momentos le habría hecho un magnífico servicio, como presidente, al señorito Pepis, despidiendo desde la escalinata del palacio de la Moncloa, a los ministerios, ministras y subsecretarios/as  que han dimitido (Ja), y los que, en breve, se encuentran en el trance de coger el "hatillo". 

Lo cierto es que ahora los ministerios parecen urinarios -los ministros/as sus usuarios- de estación o aeropuerto: las gentes entran, hacen "pipi" o "popó" y sin dejar rastro -si acaso un simple "derrape" en la taza- , se esfuman por el foro y, si te he visto, no me acuerdo.

"Pedro Sánchez acusa ("apártate que me tiznas", le dijo la sartén al cazo) a Rajoy de "mentir sin pudor" a los españoles" (declaraciones recogidas de DÍA.es). “Queremos desterrar la corrupción y la mentira de la vida pública”, dijo Sánchez en 2016. ¿Dónde habrá ido a parar el "no queremos un gobierno que nos esté mintiendo"?.

El cinismo es otra de las imprescindibles "virtudes" que un político ambicioso de izquierdas -también el de derechas- ha de llevar en su "mochila vital". De eso el señorito Pepis, en su particular cabás lleva para usar y para regalar a medio mundo.

Aparte de estas cosillas que últimamente nos va sirviendo el PSOE, corruptelas y mentirijillas, hay un hecho cierto que ocurre en esta política democáquita con su estúpida lógica correspondiente, que se reduce a que el necio, sin dignidad ni mérito alguno, arrastrándose por la superficie "encarguecida", reptando como asquerosa lagartija, llega a lo más alto; a la asombrada cúspide y entonces va y se rodea de seres, aunque parezca imposible, aún más necios que él, para hacernos creer que es un tío listo. Cosa que solo él llega a creer. Y lo que consigue -algo que todos vemos con claridad meridiana- es montar una inútil parva de necios con la única cualidad de irla cagando allá por donde pasan.

El señor Rubén Amón, tertuliano del programa televisivo de la señora Susana Griso, ha comparado con gran acierto al actual gobierno con la trama teatral de "Los Diez Negritos (Ágatha Christie)", en donde los protagonistas, uno a uno, van desapareciendo de la escena. La diferencia es que en esta dramática trama, los van sustituyendo. Con peor material.

Eloy R. Mirayo.



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