La noticia tiene miga:
"El curso arranca con 2.000 plazas de profesor de Secundaria sin cubrir por la dureza de las oposiciones." (Recogido del diario El País)
Me imagino que esto, en cualquier otro país europeo, abriría el debate sobre el nivel de la enseñanza que se ha estado impartiendo; no la de este puntual momento, sino desde hace varios (por no decir muchos) años atrás. ¿Dureza en las oposiciones a profesor de Secundaria? Yo estoy más por creer que el asunto es añejo; viene de lejos, de la coña marinera de la "democratización" de la enseñanza y del "derecho del alumno a tocarse la "pilila" en clase, ya que de todas, todas, el "enonata" pasará de curso, gracias al poder alcanzado por los rojos del PSOE, IU, Podemos, UGT y CCOO;
unos desde el gobierno, otros desde los sindicatos y los más carmesí, desde las mismísimas aulas, propiciando la escasa exigencia que se ha instalado en las aulas (en toda la escala de la enseñanza, llegando a la universidad) promocionada desde el mismísimo ministerio.
Así ocurre, por poner un solo ejemplo, que se terminan carreras de letras, como Derecho, cargando sobre las espaldas con una mochila bien repleta de faltas de ortografía (yo las tengo que hasta se me escapan de los bolsillos y van haciendo un reguero en el suelo; pero es que dejé el colegio para trabajar ayudando a mi padre, a los 11 años).
No es la dureza de los textos (no son una gran roca inamovible;
son simplemente conocimientos recogidos en libros que hay que leer), ni la contrastada falta de conocimiento de los opositores; el mal está en lo escasamente pertrechados de conocimientos que están una gran cantidad de los actuales profesores (tan proclives a la huelga) y su incapacidad para, lo poco que saben "inoculárselo" a sus alumnos.
Este tipo de cosas lo que descubren es la poca capacidad intelectual de esta clase política que, simplemente por instinto, lo que mejor se les da es olfatear con adición el olor del
La media intelectual de los políticos españoles es tan escasita de conocimientos, no sólo relacionados con la ciencia, que también escasean de la cultura popular, que piensan, desconociendo la existencia de las vacas, que la leche "viene" del tetrabrik.
Además de esa súper capacidad olfativa que se les ve, también son instintivos en encontrar motivos para cercarnos al pueblo llano, con recortes en los derechos, prohibiciones y amenazas.
Demostrado esta que por su tozudez son magníficos creadores y consentidores de problemas, e incapaces de hallar en ningún rincón de sus molleras la más sencilla de las soluciones.
Lo que está pasando con los cabrones y cabronas separatistas (otro único ejemplo) que tienen secuestrados a los catalanes, es algo que ¡todos! los presidentes de gobierno democaquitos que hemos sufrido, han venido consintiendo en beneficio propio o de sus partidos y, ahora que el río está reventando la presa (sabe Dios hasta donde podrían llegar las aguas), no son capaces de entender que la solución más sencilla es la aplicación a rajatabla de la Justicia (aprovechando que es una de las pocas cosas buenas que aún perdura).
Si nunca debería haber existido diálogo con los cabrones y cabronas separatistas; ahora menos. Métanse la lengua en el culo todos esos gilipollas que usan la palabra Diálogo, como si fuera una lavativa con el balsámico poder de desatrancar un intestino remolón. Pensar en dialogar con esos hijos de puta, es como sentarse a la sombra de una higuera esperando embelesados con el collage del árbol a que de sus ramas se descuelguen melones de Villaconejos y cerezas del valle del Jerte.
¡Gilipollas, que lo que caen son higos!
Eloy R. Mirayo.
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