martes, 25 de septiembre de 2018

COMO UN BILLETE DE 516 EUROS.

¡Qué guapo soy, coño! Es lo primero que se le ocurre decir al señorito Pepis cuando con su cabás en riñonera, salta de la elegante cama, en el dormitorio principal del Palacio de la Moncloa cada mañana, y después de la siesta -si es que la duerme-, antes de quitarse las legañas de sus bellos ojos, mientras se mira desde todos los ángulos en el espejo que, 

con toda clase de engaños y falsas promesas, le "levantó" a la madrastra de Blancanieves. Y el espejo sumiso, el muy pelota, le dice con parsimonioso verbo: "si bwana; usted es lo más de lo más, como no hay otro en todo el Mundo", asiente respetuoso.

Y ¿quién le dice la verdad de su "imagen" al señorito Pepis? Desde luego nadie de su partido le va a desengañar advirtiéndole que el "genio del vidrio" no es tal, sino el sorprendente y sorprendido ciudadano Ábalos, en demostración genufléxica de su agradecimiento por incorporarle a su "The Munster" equipo.

Es posible que el mejor retrato del "moncloviano" señorito Pepis, lo haya realizado la señora Rosa Díez en su colaboración (La semana en tres tuit) en el programa "Herrera en COPE", obviamente en la emisora COPE.

La señora Rosa Díez (yo solamente soy escuchador de lo dicho) en el espacio radiofónico le pinceló sobre el lienzo de las ondas con brochazos de "traidor, tramposo, fariseo, filibustero, mentiroso y vago". 

Traidor: por querer cambiar la Constitución, para allanar el camino que parece llevar de entendimiento, hasta la proclamación de la Republica catalana, con los hijos de puta separatistas; admitiendo perfectamente que esa gentuza sean hijos de puta, no afirma el hecho de que sus madres, obligatoriamente sean o hayan sido trabajadoras de tan antigua profesión; es más, podrían ser respetables damas y honorables madres de familia.

Tramposo: por alcanzar montado en el corcel "Trampas", lo que tanto anhelaba y poco merecía, la presidencia con la promesa de celebrar elecciones a la mayor brevedad, jodida trampa: ahora solo piensa en envejecer en el cargo.

Falsario: como un billete de 516 euros, por asegurar que en estos momentos en Cataluña existe una mayoría independentista. Falso de toda falsedad. El uso de la falsedad intentando hacerla pasar por indiscutible verdad, es la herramienta del falsario en busca de su propio beneficio.

Filibustero: porque dándoles a los catalanes la posibilidad de votar su futuro respecto a la unidad de España, nos hurta al conjunto de los desesperados españoles el derecho a expresarnos respecto a la intocable unidad de España, y en defensa de los millones de catalanes que se afirman como españoles.

Mentiroso: presumiendo de títulos académicos logrados, según doña Rosa Díez, por la amistosa voluntad de unos jueces, tan predispuestos que premiaron un moñigoso bodrio, con un suntuoso Cum Laude ¿sería en cachondeo? 

Vago: según doña Rosa, porque ni siquiera se tomó el trabajo de hacer su propia Tesina.

Mi opinión sobre el señorito Pepis, en este caso la reservo para mejor ocasión.

Eloy R. Mirayo.



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