jueves, 14 de junio de 2018

TODO MENOS RECONOCER SUS FALTAS.

¿Acaso es singular la Democracia, a la Española, que algunos lerdos, con gran alborozo y contento imbécil, dicen que nos gobierna a los españoles?.

Cuesta mucho trabajo creer que en el resto de los países más desarrollados del Mundo, con los que se asegura que estamos homologados, los casos de corrupción política -¡corrupción amplia e indiscriminada!-, se dan con la misma facilidad; la misma frecuencia; la misma gravedad; y con la misma desfachatez de cómo aquí viene ocurriendo. 

No existe, en la panoplia delincuencial, "arma" que no haya sido utilizada por nuestra "aristocracia política". Lo que la va, poquito a poco, colocando en la cercanía competitiva del Club Bilderberg. Pero de expresión casposa y rastrera.

Si no fuera porque ante las andanzas de nuestros políticos, la tenemos tan usada que hasta hemos abolido esa sensación, que generalmente se reconoce con la palabra asombro, los españoles seriamos la risión del orbe democrático mundial, viéndosenos caminar vacilantes, con las mandíbulas desencajadas y los globos oculares casi fuera de las órbitas ¡habrá que darle gracias a Dios por ello!.

Y, ahora se la cogen con papel de seda para mear, con el caso del ya dimitido ex ministro Máxim (se dice Máximo, gilipollas) Huerta, al que Hacienda (que él no estaba enterado que somos todos; unos pagando y otros llevándoselo) le dio unos "azotes económicos" por defraudar en sus declaraciones en tiempo pasado.

Todo menos reconocer sus faltas: "Me voy para que el ruido de la Jauría no parta el proyecto de Sánchez". De las declaraciones del ministro más breve de esta historieta, se desprende una sorprendente noticia; algo verdaderamente insólito: el señorito Pepis, además de un Máster falso, tiene un proyecto.

¡¡¡Socorro!!! Lo peor que podría ocurrirle a este país es que los necios empiecen a proyectar, y a proyectarse. Es la equivocación  que últimamente está ocurriendo en España, y saliendo con fuerza en los medios de comunicación social: para demostrar que se es gilipollas no es necesario ni inventarse haber hecho una carrera universitaria y, mucho menos, inventarse un Máster o, convertir un "curso postgrado" en todo un Máster.

Hace muchos años en un país americano se destituyó a un presidente por hacer espionaje al partido en la oposición (igual que hacía el partido en la oposición con el señor presidente y su partido, pero no lo pudo demostrar por falta de una propia "garganta profunda". Aquí en España; esta España democáquita, la presidenta de Madrid fue atacada y derribada por un presunto Máster inexistente, mientras en el PSOE, fueron y son legión los que no tienen Máster, porque no estudiaron carrera universitaria alguna, y hasta hubo y hay quienes ni siquiera terminaron "parvulitos". 

Y claro, eso ha pasado en silencio y sin consecuencias porque como en aquel país americano, la Derecha española, además de que cobardemente se defiende siempre en retirada, carece de una "garganta profunda", tan eficaz como el ojo que todo lo ve y las gargantas profundas que los rojos tienen instaladas hasta en el menos importante despacho que exista en la Administración.

Equilibrando el poder de espionaje, los españoles siempre saldríamos ganando, con la ayuda de una Justicia independiente.

Eloy R. Mirayo.


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