martes, 26 de junio de 2018

EXAGERADO INTELECTO.

Existe una enorme diferencia entre equivocación y desconocimiento. Uno es la confusión, verbigracia, es que uno va a entrar en el portal de su casa y ve a una joven de espaldas 

y le coloca un cariñoso azote en el culete respingón creyendo que es el de su propia mujer, esposa o compañera y resulta que no. Eso es equivocación. 

Desconocimiento es, verbigracia, el que la señora vicepresidenta del gobierno prometa la personificación del gobierno en los casos de violencia de género, cuando ya la Fiscalía General del Estado es quien actúa como acusación, también en esa clase de delitos, como no pudiera ser de otra manera (que dicen los cursis izquierdosos), en representación del gobierno.

Alguien -que no soy yo- podría decir que la señora vicepresidenta por ignorancia supina ha introducido la depilada pierna (metedura de pata hasta el corvejón) hasta la articulación situada entre la parte inferior de la pierna y superior de la caña. A esa articulación que se deben los principales movimientos de flexión y extensión de las extremidades posteriores (patas traseras) en los cuadrúpedos.

El señorito "Pepis", necesitado para poder ¡al fin! llegar a gobernar este país, se ha visto en la obligación a utilizar más "retales humanos", que el doctor Frankenstein para crear su monstruo. 

Y, por lo que se va viendo, pareciera que, quizás, para evitar sombras que difuminen sus "brillos", ha nutrido su elenco gubernamental (de ahí hay que retirar al mariquita) con algún que otro material de segunda división y de desguace.

Pero a estas alturas nadie puede llegar a creer, después de todo lo que ha venido a sentarse en el sillón de la presidencia de los variados gobiernos de esta Democaca, y en los sillones de los distintos ministerios que esto, la orquesta del señorito "Pepis" 

(hay unas sevillanas que dice: "¿qué músicos serán estos que tan malamente tocan?"), es lo nunca visto y oído; el disloque total; la fuga de de fusas y semifusas; 

la conversión en gallinero acústico lo que siempre hubieran sido el maravilloso sonido polifónico de las armónicas notas de la más bella sinfonía jamás escrita; ni siquiera por Beethoven.

Si en algo tan reconocido como es la función de la Fiscalía General del Estado la señora vicepresidenta no tiene conocimiento (¡Dios nos guarde!) ¿de qué es de lo que entiende esa señora para -en teoría- desempeñar tan alto encargo?.

Parece que quisieran volver las "fantasmagóricas" sombras de María Teresa F. De la Vega; Elena Salgado; Bibiana Aido; Leire Pajin; y un larguísimo etc., 

a pasearse por los pasillos de la Presidencia del Gobierno y por los escaños del Congreso de los Diputados, luciendo el "palmito" de su exagerado intelecto.

Eloy R. Mirayo.



No hay comentarios: