jueves, 17 de mayo de 2018

CUCHILLADAS TRAPERAS.

Toledo es la ciudad que hoy, recién salido de Cáceres, me dispongo a disfrutar plenamente. 

Toledo es la primera de las cinco capitales de Castilla-La Mancha que vamos a patear con todo el cariño, respeto y admiración que se merece su legendario suelo.

España es un riquísimo mosaico que no deja de volver, volver y volver a sorprenderme, desde mi primera visita.

Mis padres nos llevaron a mis hermanos y a mí, a que viéramos donde habían, y de qué manera, resistido un reducido número de personas que allí defendieron la España de ¡Dios, Patria y Justicia!. Entonces yo era un niño de corta edad (6 ó 7 años) pero allí, entre esas ruinas gloriosas que aún olían a hambre, valor y pólvora, entendí que aquellas personas muy convencidas deberían estar de la razón que defendían, para hacerlo con tanto sufrimiento. Ese día elegí, y puedo jurar ante un Crucifijo, que jamás cambiaré mi norte ¡Dios, Patria y Justicia!

Pero ¿qué se puede admirar en Toledo que fue Ciudad imperial, Sede principal de las cortes de Carlos I; que ha sido reconocida como Ciudad Patrimonio de la Humanidad; y que ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico? De todo; en esta ciudad se puede disfrutar de prácticamente todas las artes, y de casi todas las culturas -es conocida como la ciudad de las tres culturas: Cristiana, Judía y árabe.

Cada día estoy más agradecido a la Divina Providencia por haberme permitido nacer en España, lo que me da el privilegio de tener al alcance de la mano tanta maravilla.

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¡Lo que les faltaba a los buenos -y hasta a los malos- catalanes! Después de sufrir el magute de los Pujol y a Arturito Más, que llegue ahora un auténtico xenófobo, rezumándole gilipollez por todos los poros de su asqueroso cuerpo, más racista que Adolf, y les gobierne desde el modelo de los "Ocho Apellidos Catalanes". 

Aunque no siempre, ni en su totalidad, se repiten personas y situaciones; hace algunos años en uno de los espacios cómicos de la tele, apareció, como creación de Toni Leblanc, 

Quin (kid) Tarao, un boxeador "sonado" que solamente decía gilipolleces (como si fuera un separatista catalán), y que nunca conseguía ganar un solo asalto. Pero al menos este, nos arrancaba alguna que otra sonrisa.

El símil, este -con esa cara-

filo Kukusklanista (quizás haya quien le reconozca como un muy completo modelo de hijoputa ¡yo no!, soy educado) desde el puesto de mamporrero político 

del huidizo peluche republicano, lejos de provocar sonrisas lo que está logrando con su "foto" es que todos lo españoles llevemos a conocer que, para ser cabrón, no son necesarios cuernos en la frente.

Alguien debería tomar cartas en el asunto pues no se puede dejar a Cataluña, que es una parte muy importante de España, en las sucias manos de gentuza carentes de escrúpulos.

El Estado español, como institución, ha sido sobrepasado por la clase política y, como ocurre ante cualquier coyuntura, los políticos siempre se inclinan por aquello que más les beneficia a ellos a sus partidos y, cómo no, a la clase que pertenecen. Con lo cual, como se está demostrando, a la voz del Estado, ante tan dañino ataque a su persona, no se la permite el menor movimiento; a pesar que diariamente le están infringiendo cuchilladas traperas.

Nosotros lo dijimos y ahora, ya lo piden con voz firme personas bien cualificadas  de demócratas (tengo mis dudas de que eso sea lo mejor que se diga de alguien): "esto se arreglaría con rapidez utilizando a la Guardia Civil". 

Eso, y no el cambalacheo vergonzante, es lo que debieron haber hecho desde hace cuarenta años. Pero por venirnos a tiempos más cercanos; el día que la manada de hijos de la gran puta separatistas proclamaron la mini republica, la Benemérita debió ser mandada  a detenerles. 

¡Claro! Para eso es necesario poner sobre la mesa un par de cojones ¡y de ovarios, claro que si! Artículos que si no se tienen de origen, como parece, ni siquiera en Mercadona se pueden comprar.

Eloy R. Mirayo.


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