... Y desde el Reino de Navarra, entro en Logroño, le dicen ahora La Rioja,
con ese impulso gilipollesco de cambiar las cosas, sin que exista razón alguna. Cosas de la Memocracia.
Bonita foto:
Así veréis Logroño desde la otra orilla del río Ebro.
Una vez aparcado el coche y cogida habitación en el hotel, recorreré sus calles buscando todo lo importante de ver, que es mucho más de las que yo, por escasez de espacio, podré mostraros.
Son muchos los recuerdos felices de anteriores visitas que me devuelve. La Iglesia de San Bartolomé.
Es la más antigua de la ciudad; data del siglo XII, se conservan zonas del románico y en el siguiente siglo se optó por el gótico, como vemos en su extraordinaria portada ojival.
Pero no es que sean las iglesias lo único que Logroño tenga de valor. En la primera de mis visitas alguien me dijo "cuando estés andando por estas calles no cierres los ojos, porque durante el tiempo que tengas los párpados caídos te perderás algunas de sus maravillas". No parpadeé durante el tiempo que duró mi visita. Si, si; es una exageración. Pero lo cierto es que estando aquí, hay que dar un paseo por el Parque del Ebro; y caminar por la calle Portales; visitar y rezar un Padrenuestro en Santa María de la Redonda; entrar en el Museo de La Rioja; pasar por debajo del arco de las Murallas del Revellin; y caminar con pausa por el Paseo del Espolón. Claro es que si no habéis ido de tapas por la calle del Laurel, no se os ocurra decir que habéis estado en Logroño.
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¡Y saldremos ganando los madrileños! La cosa es preguntar (cosa inútil porque nadie nos responderá) si el Gobierno de Madrid está resultando positivo para los madrileños, o por el contrario es negativo. Y con los resultados en la mano, tomar las medidas que se hagan necesarias.
Eso sería utilizar la inteligencia y, por lo que se está viendo, leyendo y escuchando, esa cosa, la inteligencia, no es un producto al uso en los políticos españoles en general, entre los que se encuentran los munícipes de esta Villa y Corte.
Pero no ampliemos la sonrisa, porque la falta de tan singular sustancia también nos alcanza a los madrileños de a pie.
Sabido es que el animal falto de inteligencia, hace uso del instinto. Lo que suele tener malas consecuencias, porque el instinto se pone en movimiento defendiendo los propios intereses. Y no hay que ir muy lejos; en el ex Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, expulsada la Inteligencia, por no saber qué hacer con ella, están empleando el instinto animal, como corresponde. Su interés, por no extenderme demasiado, es demostrar que son mejores que los anteriores equipos de gobierno porque han sido capaces de "ahorrar" mil millones de euros, cuando las anteriores corporaciones tenían déficit. Eso; el sonido de las perras en la hucha, les avala ante la masa huera de materia gris, sin capacidad de distinguir el agua del fuego o diferenciar el culo de las témporas, que son los que les han votado, para la desgracia de todos, incluyendo también a ellos.
Mil millones de euros -los ahorrados- que quedarían muy reducidos, o quizás disueltos, si sacaran del lamentable estado en que se encuentran la mayoría de las calles de las afueras de la ciudad, y muchas de las que se encuentran en la almendra (hay que joderse lo cursis que son estos jodidos democacas) de la ciudad.
La señora alcaldesa no debería mirarse al espejo y tomar la estética que le devuelve el vidrio, como modelo estético para la ciudad de Madrid. Mejor sería que lo hiciera usando una foto de Sharon Stone.
Eloy R. Mirayo.
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