jueves, 15 de marzo de 2018

PROVERBIAL DESINTERÉS DE LOS POLÍTICOS.

La Coruña.

Espectacular encendido de la Plaza de María Pita.

La primera vez que visité La Coruña, me impresionó que lloviendo, anocheciendo ya, salían del mar unos chavalines. Yo iba con ropa de invierno. Después no podría contar las veces que he vuelto. Después  de Madrid, es la ciudad en la que he pasado más tiempo. Y espero ampliarlo, si Dios lo permite.

En unos pocos meses estaré paseando por la peatonal calle Barcelona, viendo escaparates sin agobio; por el paseo marítimo más largo (16 kilómetros) del Europa, mojándome el culito en la playa de Riazor o redescubriendo el  Castillo de San Antón, sede del Museo Arqueológico e Historia de la Ciudad. 

Los museos y monumentos; pasear por La Coruña, es prueba de buen gusto, como también sería rezar un padrenuestro en la Catedral al salir, acercarse a la torre de Hércules pero, no os vayáis sin darle un tiento a estos monumentos; solamente reñidos con el bolsillo y las alergias.

Rueda de ibéricos de primero, podría ser unos langostinos al whisky; de segundo un buen entrecot de ternera gallega a la brasa y de postre, tarta de queso. Se le puede acompañar con cerveza o con un rioja crianza, Gómez de Segura; terminando con café y chupito de la casa, este sería un buen menú. Buen provecho.

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La insolidaridad de los políticos con los que al fin y al cabo somos sus patrones, estamos de acuerdo, nadie puede sorprenderse tras más de cuatro décadas, a no ser que sea un extraterrestre llegado del espacio.

Todos estábamos al cabo la calle. De sobra sabemos desde aquel primer día que empezó a funcionar el sistema -esta Democaca- que lo verdaderamente importante a partir de ese momento era anclar con firmeza el sistema; hacerlo inalterable al tiempo y sus elementos, y dotarle de un manto totalmente impermeable a todo cuanto no fuera parido por su vagina.

Estaba claro como el caldo de un asilo; como máximo ejemplo de lo feroz que puede llegar a ser en su auto protección, mostró su falta de moral y principios honorables- y me quedo ahí- eligiendo al Ejército Español, como "virgen a sacrificar en público", exhibiendo su despojo. Esto es la Democaca, si a alguien se le ocurre, ni tan siquiera, mirarla de costadillo.

Ellos, los democaquitos que pastan del sistema, han decidido que nada tiene que ver con nosotros, los que estamos al margen de las líneas fronterizas, salvo en lo que se refiere a los IMPUESTOS, ahí si aceptan nuestra participación: nosotros ingresamos, y al otro lado del cristal ellos los agarran para disfrutarlos.

Hoy, en el Congreso de los Diputados, los democaquitos que calientan los escaños con su culo, como única aportación a la ciencia, han tenido la ocasión de mostrar un mínimo de sentimiento humano, votando a favor de lo que pide la mayoría de españoles (Presión Permanente Revisable). Ya que por ello pagamos, cumplan con la obligación de protegernos y de dar satisfacción a víctimas -aunque sea póstuma- y sus familiares, a través de unas sentencias a cumplir por los delincuentes, equiparables a las desgracias que causan.

Solo el PP se ha salido del proverbial desinterés de los políticos por los problemas que naturalmente solo nos atañen a quienes estamos al otro lado de la línea fronteriza, para que se mantenga la máxima sentencia. El "señorito Pepis" del PSOE, desde Ferraz, ha movido los hilos de su marioneta para, con la lógica ayuda de, entre otros "mariachis", la más extrema izquierda, los comunistas de Podemos, ponerse al lado de los asesinos y delincuentes en general, en perjuicio de las personas de orden. El joven Rivera, espero que logre en las próximas elecciones el premio a su abstención.

Nadie de conciencia limpia puede esgrimir razón alguna, a no ser su capricho, contra la aplicación, en casos excepcionales, de la Presión Permanente Revisable, pues la revisión a su debido tiempo, está previsto que se llevada a cabo por un juez, con capacidad para valorar adecuadamente la evolución del reo.

Eloy R. Mirayo.

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