martes, 20 de marzo de 2018

ASÍ, CUALQUIERA.

Oviedo.


¡Brrrrr! Mala época he escogido para pasearme en compañía de las olas bravas del Cantábrico. Y eso que es un verdadero espectáculo verlas batir contra las rocas, como hacía mucho tiempo que no se mostraban. Pero es más fuerte mi deseo de llegar a Oviedo (pasando por ese bombón que es Gijon), que es mi horizonte, que seguir el aguerrido ir y venir de las olas cántabras. La última vez que estuve en la capital astur fue tan corta, que apenas si tuve tiempo para dar tres pasos por sus calles céntricas; desde entonces tengo "mono", que espero sacarlo con unos cuantos culines de sidra y algo más. ¿Os imagináis sentados ante esa fabada, ese capacho y, como postre unos de esos carvallones 

en una de las muchas sidrerías del bulevar de la calle Gascona? 

Pues para quien este interesado, ese, es una "magnífica ruta", que por supuesto, no tiene por qué interferir en un buen reconocimiento de todos los monumentos y museos de los que disfruta Oviedo, capital de Asturias, tierra en la que nació don Pelayo; freno de la expansión Árabe hacia el Norte, e iniciador de la Reconquista.

Si partimos del principio de que Oviedo es en sí mismo Monumento y Museo, nos podríamos ahorrar en individualizar monumentos y estilos arquitectónicos como prerrománico, románico, barroco, etc,.
Es un pensamiento que me brota cuando estoy en cualquier parte de mi Patria: "ningún español debería morir sin conocerte en tu totalidad". Se lo digo al mapa de España que llevo para orientarme.

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Poco y malo es lo que se puede decir de la Educación en este país, como poco bueno se está recogiendo de ella. ¿Qué se puede esperar de una educación dispersa y politizada desde el preescolar hasta el último día de universidad?. ¿Es un absolutismo injusto? Vale; pero me quedo en el casi absoluto de lo que estoy diciendo.

17 entes con sus educaciones, más las de Ceuta y Melilla; al menos tres de ellas, empeñadas en separarse del tronco del Estado, para lo que usan las materias educativas y el idioma regional, desde el mismísimo momento del entronque entre el óvulo y el espermatozoide. Y las demás, de manera más sencilla, pero también usan la educación como señas de identidad propia ajena al Estado, que las hacen diferentes entre sí.

La estupidez del gobierno "legítimo" del país fue ceder una materia tan fundamental como es la Educación.

En España existen dos focos educativos: el oficial y el eclesiástico. Dos focos, con organizaciones absolutamente diferenciadas; el oficial, en el que navegan centro subvencionados, municipales, autonómicos y estatales. Y el eclesiástico que funciona, hasta donde le es permitido, bajo única dirección -más o menos-.

La enseñanza oficializada, o tropa de Pancho Villa, 

ha creado el milagro agnóstico, de cuartear su filosofía organizativa dando el mismo nivel a asociaciones de padres de alumnos; asociaciones de alumnos, sindicatos de profesores; subalternos; y hasta a asociaciones de viandantes que pasan de vez en cuando por la calle, en la elaboración de los planes de estudio de cada colegio, instituto y universidad. 

Nadie en su sano juicio puede aceptar que quien asiste al aula lo hace para recibir educación y conocimiento,

en compañía de otras de esas organizaciones, dicte la manera en la que se debe hacer, y no quienes científicamente están capacitados para ello.

Eso sí lo han hecho bien estos políticos democáquitos; insuperables en el hecho de dejar desnudo de respeto y autoridad al buen personal docente. ¿La educación en el país es una mierda? 

Así, cualquiera.

Eloy R. Mirayo.



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