lunes, 19 de febrero de 2018

POLÍTICA INDECENTE Y ZAFIA.

Lo cierto es que no hay 

partido político de esta Democaca, que no tenga que ir a responder y resolver pleitos con el Tribunal de Cuentas; lo que nos viene a decir en "Román paladino" que la actual política -en bloque- es indecente y zafia, a la par que incompetente.

¡Socorrito! ¡¡Socorrito!! !!!Sálvese quien pueda!!! si es que hay alguien que sepa nadar sobre tanta mierda.

¿Es que los españoles somos incapaces de entender que es necesario hacer algo positivo? Algo como intentar unirnos las personas decentes y crear una verdadera oposición; oposición al robo descarado; a la compra venta de voluntades políticas, a cambio de obras oficiales -muchas inconclusas- que estratosféricamente por encima del ya amplio presupuesto inicial, según pasa el tiempo y ciertos políticos, van aumentado, multiplicando por el infinito. ¿De quién estamos esperando ayuda? ¡Qué cojonazos tenemos! 

Esos desmanes que vemos pasar a diario, 

nos deben preocupar, pero no son las cosas que nos deben ocupar; claro que nos debe preocupar el asunto problemático al que todos los días nos debemos enfrentar, lo que nos debe obligar es a ponernos en movimiento, ocuparnos en cuerpo y alma en el esfuerzo de encontrar la mejor manera de resolverlos. No es imposible. Y si la única manera posible es desde dentro del sistema, pues desde dentro del sistema, como hicieron los comunistas con el clero; así está la Iglesia.

Para el intento de regenerar la vida política de España, no es suficiente, por importante que sea, la iniciativa individual; la EMPRESA, necesita a todos los españoles honrados; es necesario fundir en una sola voz; en una sola dirección; en una sola fuerza, la voluntad inquebrantable de la inmensa mayoría de los españoles, hartos del discriminatorio trato que estamos recibiendo.

Hace un par de días, por la prensa, nos hemos enterado que un banquero importante, se ha jubilado -pero no del todo- recibiendo del banco Santander más de cuarenta millones de euros, y además, sigue trabajando en el banco, en una de esas actividades, que serán muy necesarias y hasta legales, pero que a las personas normales, con los 600 euros de jubilación -más el o,25% desde enero- , nos parecen "milongosas" ocupaciones que se pagan a cuenta de los accionistas, para premiar -un poco- a los fieles servidores de la empresa.

¡Más de cuarenta millones de euros! Qué buen negocio debe ser un banco. 

El caso que llamó mi atención leyendo el periódico, no es caso único que ocurre en una única empresa, si no que es una peculiaridad del sector (por el momento quien fuera consejero delegado, don Alfredo Sáenz, parece ser que tiene el récord, ya que cobró una pensión de jubilación de 85,7 millones).

No se reciben por ser un funcionario ejemplar, un héroe de las finanzas; un Arcángel salvador de la empresa, rescatada de la bancarrota. No; son las "formas al uso": hay empleados de alto rango que anualmente van guardando en una especie de hucha virtual un milloncejo de euros y pasado el tiempo, por despido u jubilación, salen por las doradas puertas de los bancos nacionales, con el "riñón bien fortalecido". Osea: igual que los empleados que con tanta frecuencia ponen en la "puta calle", cerrando oficinas y sustituyéndoles por "robots de hojalata".

El binomio es nefasto; la amistad tan profunda entre la banca y la política (créditos, a sabiendas incobrables a los partidos políticos) nos ha costado, y seguida costándonos muchos miles de euros, sin ningún tipo de contraprestación.

Envidio a esos países que son capaces de crear un partido de los que los gilipollas, les dicen Extrema Derecha.

Eloy R. Mirayo.

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