martes, 9 de enero de 2018

VENCER A LOS ELEMENTOS.

La cosa sería cómica hasta el decojonamiento general, 

si bajo el manto de la lúdica comedia, no estuviera en constante movimiento un magma hijoputesco; el caldo de cultivo de esta Democaca.

La nevada del pasado día 7, que inmovilizó a unos cuantos miles de automovilistas, con la nieve hasta las...  

cejas, pone al descubierto la desvergüenza de los políticos; nada de pérdida de memoria que usan algunos "plumíferos" y "muñigotes de la tele y radio", tratando de justificar actuaciones, según el color del partido que les llega "al corazón", lugar donde suele descansar la billetera. Ah, y los carnets de Identidad y de conducir. ¡Qué mal pensados!.

Mis nulos conocimientos sobre el protocolo a seguir en situaciones como estas que se vivieron en las carreteras y autovías, el pasado domingo, no me permite tomar una opinión positiva o negativa de la actuación de quienes -funcionarios del gobierno central- tenían la autoridad, la obligación y la responsabilidad. 

Si su actuación fue correcta o no, el juicio justo, se sabrá dentro de unos días, o quizás nunca, como ocurrió con la nevada y follón más o menos similar, en tiempos de la señora Magdalena Álvarez.

Este es el "magma" que digo está en maligno movimiento bajo la capa protectora de lo que parece una comiquez, a la que nos vemos obligados a asistir.

El discurso exculpatorio, aunque lo hubiera confeccionada a vainica ciega la señora vicepresidenta, repetido con tan machacona monotonía, lejos de hacernos creer que todas las autoridades involucradas en el frío tema tienen los calzoncillos y bragas limpios/as, lo que está logrando es no convencer a nadie, aunque todo ese "nadie", no sea capaz de tener una opinión clara y bien razonada. Pero, a pesar de ello, de lo que empieza a estar seguro "el nadie", es que hay más de un calzoncillo y más de una braga o un tanga, con manchas muy sospechosas, y hasta malolientes.

Ahora todos se acuerdan de los ataques que el señor Rajoy, infringió a la señora Álvarez 

(apodada miss Aviaco, durante su paso por la Junta de Andalucía, por su constante viajar con cargo al erario publico).

La nevada que afectó, solamente a Madrid y su provincia, y que encumbró a la señora Magdalena en la primera posición de la escala de la inutilidad, sacó de sus madrigueras políticas a todos los socialistas con voz autorizada, para defender la indefendible -¿tan indefendible como lo de ahora?- actuación de quién ya tenía suficiente con saber dónde estaba su puño izquierdo, el que tenía que elevar en los akelarres del partido. Hoy esos mismos defensores "porque no se puede luchar contra los elementos", son quienes en situación climatológica 

más dura, se lanzan (yo no discuto si con razón) indiscriminadamente contra todos los cuellos que llevan la marca del hierro del PP, porque "hay que luchar y vencer a los elementos". 

Es el maligno magma que se bate debajo de la esta comedia democáquita. Lo malo es que cundo a alguien le sacan de un cargo, le suelen poner en uno mejor, y colocan a otro inútil en el cargo vacante. Más gasto.

Eloy R. Mirayo.

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