miércoles, 10 de enero de 2018

LO SABEMOS, PERO DA LO MISMO.

Para solucionar los problemas económicos, entre ellos el costear las pensiones, la "gloriosa" solución es subir los impuestos. El socialista Pedro Sánchez aparece con esa solución en el portafolios adornado con la rosita puñetera. 

¡Claro que no! ¿Quién puede llegar a pensar que esa solución ha podido naceren semejante cerebro? 

No; se lo ha copiado, como de niño en el colegio, a Inglaterra y a Francia, que son alumnos aventajados, según ha declarado públicamente. Y es que no es posible que de un montón de paja se extraiga oro. Esperad; voy a mirara en que soy experto... ¿En nada con todos los años que tengo vividos...? Así es, pero aun así, ante los gravísimos problemas económicos -y de otras muchas cosas- por los que estamos pasando los españoles -no los que han llegado de otras galaxias: políticos, narcotraficantes, especuladores y mafiosos de todo pelaje- no es sacando cucharadas del "pastel", 

que acabara totalmente gastado como el virgo de la Juanita, que se gastó en probaturas, sino creando obradores en los que se horneen más y mejores pasteles; para que haya pastel para todos.

Ósea, señor Pedro Sánchez, lo que se impone, métaselo en la cabeza, que parece tener hueco de sobra para eso, ¿vale? si es que ustedes los políticos valieran para algo bueno, debería ser recortar los inmensos gastos superfluos, toda esa malvada parafernalia que ustedes, los democacas, se han sacado de la manga; y al tiempo, porque no hay tiempo que perder, reindustrializar; encargar a personas válidas, no a esos inútiles "asesores de inútiles", el estudio que pueda volver a crear industria; la industria moderna y atractiva que nos vuelva a abrir las puertas del mercado exterior, que es la única manera de que se creen puestos de trabajo con sueldos más cercanos a lo que debería ser lo justo. Una  industria fuerte pone en movimiento a los demás resortes económicos. Y después, ahí sí, mire usted por donde le doy la razón a...  Inglaterra y Francia, impedir la acumulación del dinero en unos pocos bolsillos, haciendo una buena reforma impositiva, que nos descanse la espalda de la excesiva carga a las personas de bien, que somos los que en estos momentos estamos pagando el "convite".

Es algo que no entiendo y, por lo que estoy viendo, no lo entenderé, ni cuando este a punto de que me pongan las velas, como a una tarta. No entiendo que los países admiren y rindan pleitesía a esos, sus paisanos que, siendo un grupito que cabrían en un "seiscientos", son los amos de todo cuanto hay dentro de sus fronteras. Jamás se podrá demostrar -para eso están las cálidas mantas políticas protectoras- que las enormes riquezas de ¿solo unos pocos?, se han forjado de la misma mala manera, de cómo se conservan, en tendencia ascendente. 

La pregunta es: ¿Por qué muchos de sus altos colaboradores tienen que firmar contratos de "máxima confidencialidad". ¡Ah, claro! Me dirán que por evitar a la competencia. Si, eso mismo digo yo.

Nunca llegaremos a saber dónde "brota" el dinero del narcotráfico; nunca llegaremos a saber donde "explota" el dinero del tráfico de armas; nunca llegaremos a saber donde "bulle" el dinero, gordo, que desaparece en los bolsillos de la "señora" Política.

Saberlo, sí que lo sabemos, pero da lo mismo.

Eloy R. Mirayo.

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