miércoles, 17 de enero de 2018

¿QUÉ SERÁ LO QUE TEMEN?

Las cosas empieza a ir mejor, con proyección hacia la perfección, cuando de manera universal, en un país, nace y comienza a desarrollarse el deseo por alcanzar lo justo, que no es otra cosa que la presencia de la Justicia; sentir que se está bajo la protección y la tutela de ella, sin la más leve discriminación.

Se puede funcionar sin la presencia de lo que es justo; con una Justicia volcada a un lado, del mismo modo que puede andar una persona a la que se le haya amputado una pierna, y para desplazarse se vale de un palo, como sustituto de su extremidad amputada. 

O sea, jodidamente, para quienes únicamente reciben sobre su persona la agresión de una justicia discriminatoria; beneficiadora siempre al servicio de malvados intereses.

En estos días se habla en los medios de que los partidos políticos PP y PSOE, se oponen a la despolitización de la Justicia, 

no permitiendo que sean los propios jueces, quienes elijan a las personas que, de dentro de la carrera judicial, les dirijan, sin la intervención "dedocrática" de la maligna política.
¿Por qué no? ¿Qué será lo que temen?. 

Mariscada a costa de Mercasevilla. 

¿Acaso es que esperan, con el actual estatus, un trato especialmente "justo" en los casos en que esos partidos y muchos de sus militantes están bajo la lupa de la Justicia?.

Se podría pensar, ante sus negativas, que lo que les pasa por la cabeza es que, cambiando la actual mecánica, podrían perder "algo" que les resulta muy interesante.

A poco que se tenga la posibilidad de observar cómo se producen los jueces españoles, se ha de llegar a la conclusión de que no hay posibilidad humana de que aparezca 

ningún "algo" que, fuera del buen funcionamiento de la sana Justicia, pudieran conseguir -aunque esa podría haber sido la primigenia intención de quienes montaron el invento electoral en la judicatura-, con el demencial modelo actual de elección, ni van a sufrir -que podría ser su temor-, con el pretendido lógico y deseado cambio, mayores males que aquellos a los que por sus presuntas malas actuaciones "maniáticas" ante la legalidad, tengan que hacer frente desde el banquillo de los acusados.

No son los jueces, cuando alguna sentencia nos parece "rara", quienes lo han hecho mal, sino los políticos que pergeñaron unas leyes 

(violador excarcelado sin cumplir entera la sentencia) 

que son incomprensibles para cualquier persona inteligente. 

Eloy R. Mirayo.


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