martes, 23 de enero de 2018

EL MAL USO DEL PODER EN BENEFICIO DE SUS MÁS BAJOS INSTINTOS.

Día a día; poco a poco, pero de manera inequívoca, nos vamos enterando del lo maligno de lo que está pasando en los estudios cinematográficos de Hollywood en particular,
y en los del mundillo del cinematógrafo -que por cierto, todos estamos al cabo de la calle-, de la práctica totalidad de cuantos países puede gozar de esa "cultural" industria. Si no en el ciento por ciento de esos países, no bajo del noventa y nueve.

La sensación es, como si el tema sexual, en las bambalinas administrativas de las empresas cinematográficas, entrase como una más de las cláusulas contractuales.

¿Que ha ocurrido en la industria del Cine Americano, para que a alguien se le ocurriera denunciar, señalándole con el dedito índice de su manita, a alguien de "abusador sexual", de manera clara y contundente, por encima de lo presuntamente "instituido"?. 

Eso es algo que sin duda alguien se lo llevara a la tumba; si no hay quien pague ¡muy bien! la escandalosa historia.

Mal ungüento es el que sale de la mezcla de la Razón y la Hipocresía. Hoy tenemos nombres propios -la lista irá creciendo, a la espera de las indemnizaciones, que llegarán- de sinvergüenzas que son capaces de utilizar su poder empresarial indiscutible en a quien contratar (en estos casos, para actuar -cobrando en dólares- en un filme), a cambio de unos cuantos "revolcones", que no es capaz de lograrlos a gusto de ambos, por su simpatía y palmito.

 Este es el caso, que todos hemos conocido por los (jodidos) medios de comunicación, de mister Harvey Weinstein, dueño de Weinstein Company, 

que ha sido denunciado por cerdo -como deberían serlo todos y todas, que también las habrá-, quienes para echar un polvo, se valen de algo tan despreciable como es el mal uso del Poder, en beneficio de sus más bajos instintos.

Y es despreciable, no solo por el asalto al cuerpo -que con un buen jabón, se le deja limpio como el jaspe- sino por el daño moral; el daño por la humillación que padecerán las víctimas, que es herida que jamás llegará a cerrar.

Pero conviene tener en cuenta que en el ungüento, al 50%, funciona la hipocresía. Sustancia pegajosa y viscosa que crea la razón por lo que jamás nos vamos a enterar, por alguien que denuncie, cuantas actrices y actores en ciernes se han ofrecido como moneda sexual, para que algún productor o productora, les diese "impulso" -de delante hacia atrás, o de atrás hacia delante- a sus incipientes carreras, o revitalizasen semi caducas carreras, entradas en dificultades. De eso; nunca nos enteraremos de sus nombres, ni reconoceremos sus caras.

¿Quién se atreverá a ser el guerrero capaz de atacar hasta descubrir la fea cara de la Hipocresía, a sabiendas de que está haciendo cuerpo único junto con la razón? 

Nadie, porque de manera absolutamente simultánea, será señalado como liberticida filo nazi.

Eloy R. Mirayo.



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