miércoles, 24 de enero de 2018

NO BRILLA EL MENOR ATISBO DE INTELIGENCIA.

Yo tengo la costumbre de, cuando voy a acostarme, dar una vuelta a las pantallas de la televisión por ver si hay alguna cosa que me sorprenda gratamente, y rara vez me prende la sorpresa a una de las pantallas. Pero el otro día, creo que fue la madrugada del lunes al martes, en la 2 de Televisión Española, había una tertulia que estaba formada, además del presentador, por dos mujeres jóvenes y dos hombres de edad indeterminada.

¿Qué fue lo que me sorprendió e hizo que me quedara participando como espectador sin derecho a participar? 

La sorprendente aparición del sentido común y la inteligencia de uno de los participantes; algo que raramente aparece por los medios.

Se debatía sobre la aparición de los robots en el mundo del trabajo, y las consecuencias negativas que provocan en cuanto a la desaparición de toda suerte de puestos de trabajo.

Las dos mujeres -una de ellas ingeniera, la otra solo intentaba hacerse entender, sin éxito- y uno de los hombres, representante de una -creo- empresa creadora de esos "humanoides" -así les clasificaron todos- se mostraban, unos más y otros menos, con aparente inteligencia a favor de la proliferación de los robots, en cualquier tipo de ocupación laboral, incluyendo la de terapeutas como acompañantes de personas aquejadas de Alzheimer; Autismo; etc,.

De alguna manera, más bien interesada, esas tres personas no daban importancia a la mala influencia que esos ingenios representaban, no ya en este presente -más de 3,5 millones de parados, y sueldos basura- sino en el futuro.

El Sentido Común, impulsado por la inteligencia, de manera sencilla y natural, iluminó a la persona haciendo que su presencia se hiciera notar como un aliado de quienes sufren el paro; como un defensor del ser humano, necesitado de un trabajo con que pagar sus necesidades. 

"Es que no existirán lugares para que las personas puedan trabajar". Más o menos venía a decir nuestro defensor. "Solo quedaran las profesiones, como camarero, porque los robots no tienen la movilidad necesaria en el brazo, para ejercer esa clase de ocupaciones y, ¿qué hacer con el resto?".

Y entonces apareció la gilipollez del universitario "listillo" -sin querer decir que todos los universitarios sean listillos gilipollas- señalando la solución en la Enseñanza. "La solución es la preparación -intelectual, le faltó decir, aunque iba en el contexto-, aprovechar ya, para crear un buen Plan de Estudios que sirva para que salgan muchos buenos programadores".

¿Alguien se figura que aparecieran en el "mercado" más de 3,5 millones de excelentes programadores? Claro que no. ¿Donde coño les irían a sentar?. 

La salida de pata de banco del tertuliano, demuestra que si; que hay que pergeñar un buen Plan de Estudios que evite la aparición en la escena pública de esa clase de individuos, al tiempo de que se cargue, por el ministerio de Hacienda, adecuadamente de impuestos el uso 
de tan dañina herramienta.

Parece que la sociedad del futuro se dividirá solamente en dos grupos -los políticos son otra "cosa"-; los programadores y los subsidiados que, según dicen, encontrarán la felicidad, ya que los robots les realizarán toda clase de labores domésticas, menos la de estarse tocando los "bajos" todo el día, como única ocupación físico-laboral. Ah, y la de meterla (la papeleta del voto) en la transparente urna. 

Es tan transparente la jodía, que deja ver que entre tanto papel no brilla el menor atisbo de inteligencia. 


Eloy R. Mirayo.

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