lunes, 20 de noviembre de 2017

UN ÓRGANO VITAL MUY IMPORTANTE.

Es muy mala para Cataluña la diáspora de empresas que están sufriendo (más de 2.500); pero muchísimo peor es la cantidad de empresas que, habiendo pensado establecerse en Barcelona y en otros puntos de Cataluña, han cambiado de idea y, ante el clima político que se vive en aquella región, lo harán en otros lugares de España o lo que sería aún peor para todos, se irán a otros países.

Ni siquiera en este momento una declaración jurada de arrepentimiento, 

aceptación y sumisión a la Constitución y las reglas que dicta su artículo 155, firmada por todos ellos, por un muy fundado temor a que pudiera ser falso, y en breve volver a las andadas, podría llegar a cambiar el rumbo regresivo del dinero de los inversores que, sabido es que desde siempre es temeroso, y de salida, ágil como gacela en la Sabana Africana, siempre alerta y predispuesto a la huida.

El boicot a los productos catalanes, cuyos propietarios se han negado a desertar de Cataluña, propuesta con machaconería -de la que estoy hasta lo que cuelga de la conjunción de mis muslos-, hecha por gente que presume de españolismo, es invitación a la que no debemos hacerle caso, pues creemos de manera absoluta que practicar el boicot, o el simple hecho de consentir sin hacer oír nuestra repulsa a ello, es un acto de traición a Cataluña -que también es España- queriéndola  rebajar a la infame categoría de plaza enemiga a la que se castigue a ser vencida por el hambre y la miseria.

No es un acto heroico; 

ni cabe como un acto de condescendencia -que los catalanes ni necesitan, ni piden- ponerse, no ya ponerse, sino seguir unidos piel con piel, a su lado; en estos tristes momentos; querer ayudarles como algo propio, cada uno en la medida de nuestras posibilidades, como postura fraternal, que debe ser natural de quienes somos y nos sentimos españoles de cada centímetro cuadrado de nuestra patria y reconocemos como indiscutible el mismo derecho para todos los demás.

¡No al boicot a los productos catalanes!

Estos productos son los que se nos invitan a desterrar de nuestras cestas de la compra, aquellos que se sienten españoles, pata negra:

Café NESCAFÉ, BONKA, MARCILLA; Cava catalán (Codorniu, Freixenet, Segura Viudas, Castellblanch, Delapierre, Rondel); Grupo Vichi Catalán (Mondáriz, Malavella); Donuts, Donetesa; Pan de molde PANRICO; Galletas Lu y Principe; Galletas Fontaneda y Artiach; Chupachups, Caramelos Solano; Ferrero Rocher; Miel de la Granja San Francisco; Cereales Nestlé; Tomate frito SOLIS, APIS;  Productos GALLINA BLANCA; Embutidos Casa Tarradellas; Fuet Espuña; Helados FRIGO; Ultracongelados LA SIRENA; Pizzas Casa Tarradellas; Pastas Gallo; Matutano. 

Esta es una pequeña selección (solo de productos alimenticios) de las cosas que saliendo desde Cataluña, hemos consumido y debemos seguir siendo consumiendo en el resto del territorio nacional.

¿Quiénes pierden? La pregunta necesaria de la respuesta de los "boicot instas" sería ¿quiénes son los que ganarían?.

Las personas normales sabemos, sin hacer un profundo estudio fisiológico que, cuando un órgano vital explota, se rompe, se jode, los demás órganos le siguen a poca distancia. Cataluña es un órgano vital muy importante.

Eloy R. Mirayo.







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