lunes, 16 de octubre de 2017

NO ES LA ACCIÓN DEL CLÁSICO IDIOTA.

Pura estrategia; pura estrategia izquierdoseparatista, empezaron los fuegos en el suroeste de Galicia y, cuando el operativo anti incendios fue a la zona, los incendiarios comenzaron su destructiva labor en el resto de la región y en Asturias.

Estrategia acuñada y seguida por los del "cuanto peor, mejor". En los no muy lejanos mejores tiempos de España, cuando un incendio quemaba un monte, el rojerío cobarde y soterrado, con las babas colgándoles del belfo, decían "algo suyo se quema, señor marqués".

La estrategia es simple; se siembra la ruina, y lo demás caerá como el fruto maduro cae del árbol de la maldad comunista, 

el atractivo que embelesa a la pobreza y la imbecilidad, patrimonio de un gran número de personas que no son capaces de entender que su situación es el resultado de una maquiavélica maniobra política de la izquierda más bestia que se ha desarrollado en todo el territorio nacional; esa que tan alto gallea en los últimos tiempos.

Hoy he escuchado por la radio uno de los muchos "clásicos" de la Democaca, en orientación del rojerío nacional. 

La imbecil - por cierto, gallega extrañada en Cataluña, vocera del diálogo- que comentaba con dolor la tragedia y, en un momento, desinteresándose de los culpables y sus intenciones, se le ha ocurrido echar mano del eslogan "los fuegos se apagan en invierno". Ya no importa que el desparrame llevado a cabo por unos desalmados se haya cobrado cuatro víctimas, cubriendo todo de cenizas y esté arruinando a miles de personas; lo que al parecer le importa a la presentadora, es encontrar culpables en el entorno del gobierno de la autonomía y, si se llega a la "altura" de la incriminación popular del Presidente Feijóo, tanto mejor; ella, seguro que se sentiría como la reina de los mares.

A estas alturas de la película no debería haber nadie que no entendiera que la sucesión de fuegos, es una estrategia bien pensada, bien pesada y bien medida; nadie puede creer que esos fuegos son los clásicos fuegos de todos los años; fechoría de un tarado. En este asunto hay depravada ciencia; ciencia ciento por ciento izquierdista; los focos son movidos como fichas de ajedrez que, a los sabidos de antemano impulsos de los vientos del huracán Ophelia, va calcinando todo cuanto encuentra en su despiadado caminar. 

No; no es la acción del clásico idiota, sino la estudiada cabronada de un asesino, con el instinto del creador de "Paracuellos".

Algún día; algún hombre o mujer, recuperarán el más drástico castigo para castigar adecuadamente a cualquier especie de hijoputa.

Eloy R. Mirayo.

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