martes, 12 de septiembre de 2017

¿QUIÉN PUEDE PENSAR SEMEJANTE ARBITRARIEDAD?.

La Democracia es una Regla atípica; permisiva criatura de exagerada apariencia, que baila al capricho de quién tiene la batuta que dirige la desafinada orquesta. Y es así por lo que resulta a veces parecer una Madre Ursulina, cuando en realidad es como la vagina de una puta que, en su jornada laboral, no discrimina el color, el grueso, ni el largo del pene que la viene a penetrar.

Escuchando una emisora de radio esta mañana he oído decir a un miembro del consulado francés en Barcelona que él no consentía que se quemara una bandera de su país, Francia, en respuesta a la quema en Barcelona de una bandera francesa durante la Diada. Y nos aclaró en un envidiable idioma español que en su país, la quema de una bandera nacional, tiene pena de prisión.

¡Prisión! ¿Será posible? No; eso no puede ser en un país europeo dentro de la Unión Europea. ¿Quién puede pensar semejante arbitrariedad?.

Lo que en Francia quemar su Bandera supone un delito, aquí, en este país, para algunos políticos, respaldados por ciertos jueces, es simplemente hacer uso de su libertad de expresión.

En Francia, políticos y jueces no permiten que cualquier hijo de puta queme uno de los más altos símbolos de la nación. Allí, al otro lado de los Pirineos las gentes se sienten orgullosas de su bandera Azul, Blanca y Roja, de su Marsellesa y enseñan con claridad a las nuevas generaciones, desde el parvulario, a respetar y a sentirse orgullosos de sus símbolos y de lo que representa su Historia. 

Aquí, no es que no exista tipificado y puesta en valor la duración y coste económico del delito contra los símbolos nacionales; lo que ocurre, en la mayoría de los casos, es que los hijos de puta que se atreven a tanto, para algunos políticos y algunos jueces, se vuelven invisibles, aunque como podemos ver aquí, algunas caras son bien reconocibles.

Esos mismos cabrones que queman y los que les apoyan con su presencia, son los cobardes que llegado el momento de la confrontación "seria" se transforman en la peor versión del famoso

Y, volviendo a las diferentes formas de expresión de la Democracia, en Francia nadie piensa ni de lejos que el Roussillon sea la Cataluña del Norte, 

como piensan los gilipollas apátridas separatistas catalanes y sus mamones "arrimaos" de otras regiones de este país.

Eloy R. Mirayo.

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