miércoles, 13 de septiembre de 2017

LES GUSTA LLENARSE DE MIERDA.

Lo malo de pegarse la gran fiesta es el día después, cuando aparece en todo su "esplendor"  el inapelable resacón. Jolgorio, cachondeo, bailoteos, alcohol y follamigas de hoy, mañana se vuelve "cuerpo perro", fortísimo dolor de cabeza, sensación de querer echar la higadilla por la boca y la propia (esposa) interesada en saber dónde y con quién has pasado los últimos días y por qué una individua le ha pedido que se le devuelvan las bragas que, para facilitar accesos, le fueron quitadas.

El próximo día 2 de octubre, es de esa manera como acabarán los juerguista del trapo estelado, con el que algunos hijos de puta quieren sustituir a la Señera; 

que la muy gloriosa Cuatribarrada, y els Segadors. La juerga se les habrá acabado y empezarán el mes de octubre con la cornamenta a rastras por el suelo de la Cataluña española, y aguantando la enorme resaca y, como es su condición de burros, habrán de soportar sobre el lomo el colosal peso de su traición.

Lo peor de este asunto es que sin haber disfrutado como ellos, los demás ciudadanos de este país, los efectos de la resaca, seguro que nos alcanzarán. 

"Esta vez no, pero quién sabe la próxima". Eso es lo que ha dicho uno de esos peseteros que acuden por cuatro cuartos a las tertulias de la emisoras de radio y de televisión.

Esta vez no les ha salido. O quizás si; las andanzas de la hijoputosa trupe secesionista dando saltos y cabriolas, lo que sí ha logrado es que, en apariencia, los chorizontes del famoso 3 %, y los trinques del ex honorable y su prole -los Ali Babá y los cuarenta ladrones que han sangrado a Cataluña- estén pasando desapercibidos. Es de desear que bajo esa manta de silencio la justicia de este país esté funcionando. A nadie le debe extrañar.

Solucionado el puntual problema, si en este país hubiera, o hubiese, un sistema político bien servido por unos políticos inteligente y capaces -quien les pillara- a nadie que no estuviera escaldado, le deberían hacer temblar las carnes pensando en el porvenir. 

Pero, teniendo en cuenta el sistema en "disfrute", y como muestra los políticos que tenemos y los que hemos tenido ¿es una clase política inteligente, capaz, honrada y patriota lo que nos traerá el futuro...?

Eso es; ya que son estos los políticos que tenemos a mano, deberíamos, la sociedad civil, por una vez, y que sirva como precedente, exigir que las negativas consecuencias que los díscolos han suscitado con su cabrón proceder, sean revestidas con un "traje" lo suficientemente a su medida, como para que la próxima hijoputada se la piensen despacio -sin música y sin zagalas moviendo sus voluptuosas caderas- que les evite el volver a pisar la caca del perro. Por cierto; huele fatal.

¡El grito en el... Cie... No, no; en el cielo no, en el infierno! Es la reacción alborotada del rojerío nacional y los imbéciles de turno que suelen acompañarles, cuando un juez, amparado en su discrecionalidad, ha prohibido el aquelarre secesionista en una de las dependencias que el ex excelentísimo ayuntamiento de Madrid les había puesto a su disposición. 

No cabe duda de que en ese ayuntamiento, hay alguien que le gusta llenarse de mierda.

Eloy R. Mirayo.

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