lunes, 11 de septiembre de 2017

HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS.

Una pequeña y frágil gota de agua cayendo sobre la superficie de una dura roca, acaba por perforarla de lado a lado. 

Eso es lo que la experiencia nos dice. Del mismo modo, es lo que terminará por pasar a este país, si no sale a tiempo un buen fontanero. La gota separatista en Cataluña y las Vascongadas, en cualquier país serio del mundo -este está por demostrarlo-  ya habría sido desecada a perpetuidad; sin necesidad de actitudes violentas, sino por el peso de la ley.

Los pasos siguen dándose y ninguna de las autoridades nacionales que tienen como una de sus máximas obligaciones hacer respetar la indisoluble unidad de la Patria, muestran actividad alguna digna de mención que sirva al menos para sacarnos del aburrimiento de las palabras. 

Algunos estamos (esto para Cataluña es como adornar un gran tarta con un moñigo en todo lo alto) viendo el panorama, y nos parece estar viendo una mala película de la tele; la trama del espectáculo es tan sin sentido, por ambas partes, que ver y oír las noticias, y las declaraciones de ambas partes, causa vergüenza ajena. 

El tonto del cuento, como el tonto de la tiza, erre que erre hasta que se gaste; se va a efectuar el referéndum y la máxima autoridad, para que no se realice, lo único que se le ocurre es registrar imprentas persiguiendo urnas y papeletas. 

Dicen que un individuo avisó 


a su amigo que su mujer le ponía los cuernos con otro hombre sobre el sofá verde que había en el salón. El avisado puso el grito en el cielo llenando de improperios y amenazas a su cónyuge y a su "aliviador". Al poco se volvieron a ver el avisador y el avisado. "¿Qué pasó con lo de tu mujer?" "¿Que qué pasó? Pues que les he jodido donde más les ha dolido. He vendido el sofá verde".

El 60% de los habitantes de este país exige que se impida el referéndum. ¡El 60%! en eso han convertido  los políticos de la Democaca a los habitantes de este país. Han conseguido que casi la mitad de los habitantes, lo que aquí, en esta nación ocurra, les importa un pijo. La población de este país, arrastrada por la infecta clase política, ha dejado de sentirse nacional, para quedarse en "unidad autonómica" que mantiene la confrontación como única relación con las "unidades circundantes" . Y hasta hay quien, saltándose su mininacionalidad, se auto proclama "ciudadano del Mundo", como título de honor, hartamente satisfactorio. 

La desnaturalización de la vida nacional ha llegado al extremo de que el intento de secesión que se está produciendo en Cataluña, para los ciudadanos del resto del país, incluyendo políticos, es "el problema de Cataluña". Eso es una falsedad política, grave equivocación general; el problema es el de los millones de catalanes que no son separatistas, por los males que llegarían a sufrir; de Madrid, como capital política del país, pero lo es también de Andalucía, Extremadura, Murcia, Asturias, las dos Castillas, Galicia, Canarias, Baleares, Vascongadas, Aragón, Navarra, Valencia, Santander, La Rioja, y hasta de Ceuta y Melilla. 

La exigencia de impedimento, en mi país, España, habría sido de más del 98%, con la única exclusión de del pequeño tanto por ciento de hijos de puta que siempre se dan hasta en las mejores familias.

Eloy R. Mirayo.

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