MIERDAS DE PAVO.

Desde mi más tierna infancia

me han molestado las personas que después de cometer un falta (empujón, pisotón en el callo o rociado de perdigones al hablar) pide disculpas de manera protocolaria, sin siquiera una pizca de dolorido sentimiento. Es tanta la costumbre de algunos que, si cada vez que piden disculpas se las dieran, con presencia física compacta, no encontrarían lugar apropiado donde cupieran.

Una de mis escasas luchas, con las que suelo tener bastante éxito porque es conmigo mismo; es la lucha de conseguir reducir al máximo la necesidad de tener que pedir disculpas y, mira tú por dónde, en estos momento y desde esta página, en conciencia, me veo en la necesidad, mea culpa, de pedir disculpas a los separatistas nacionales por escribir aquí, de manera errónea el nombre de su asociación.

A esas gentes les pido disculpas -¡joder lo que me cuesta!- porque, equivocado escribí que el nombre de la asociación separatista era "Hijos de Puta sin Fronteras"; error al que llegué por culpa de mi amigo Gael, que fue quien me informó de la existencia y titulo de la tal asociación, cuando su verdadero nombre, no es que difiera demasiado en lo intrínseco, es "Hijos de Puta con Aspiraciones Fronterizas".

No es por el daño moral -de eso andan escasitos- causado a esa asociación tan bien nutrida de personajes populacheros (género de la charanga, la farándula, deportistas) la incomodísima sensación de culpabilidad que embarga mi ánimo, sino por el hecho de que moralmente, ante mí "misma presencia física", como muestra de lo que personalmente exijo de mi intachable honorabilidad, me siento en la obligación de seriamente pedir disculpas, aunque su existencia me importa "una higa". 

Perdónenme señores de "Hijos de Puta con Aspiraciones Fronterizas", sepan ustedes que mi error no volverá a producirse.

Era necesaria mi rectificación, conviene dejarlo muy claro, aunque alguno de vosotros, como yo, "fachas incorregibles", no lo creáis así, porque en esa asociación separatista anti española, por ejemplo, pertenecen deportistas de élite que, algunos/as han estado (aún hay quien las sigue ensuciando) durante años ensuciando las equipaciones de las selecciones nacionales de los distintos deportes con los que España se presenta internacionalmente:

fútbol, baloncesto,

natación sincronizada, balonmano, etc,. Auténticas "figuras" de la más baja prostitución; hipócritas mercenarios/as sin honor ni dignidad, capaces de venderse por el simple "valor" del dinero que reciben de aquello que odian y desprecian; sanguijuelas que se enganchan al lomo maternal de nuestra amada nación porque en su mínimo entorno no serían nada; jodidas  mierdas de pavo, que ni saben, ni huelen.

Ellos y ellas, no todos, gracias a Dios, no son así, lo peor es que quienes les convoca a esas selecciones deportivas, conociéndoles, como el caso reciente, demostrando su escasez de sensibilidad y orgullo, les siguen convocando, permitiendo que su presencia en los equipos que representan a España, siga insultándonos a todos los españoles. 

Lo que no deja de extrañarme es, como es posible que el presidente Puigmamon; el vicepresidente Porqueras y la Moscatell, no les tiene prohibido el "roce" con el invasor. 

Eloy R. Mirayo.